Pero volvamos al centro de este post, que mi intención es exaltar la importancia de la sonrisa a través de tres beneficios de nuestra sonrisa:
1. La alegría se transmite a los demás a través de la sonrisa. Según Paul Ekman la alegría es la emoción que más se reconoce de forma acertada por parte de los demás, y la sonrisa tiene mucho que ver. Cuando sonreímos estamos transmitiendo un ánimo positivo que se transmite al otro y se contagia, por eso sonreír de forma auténtica nos acerca a los demás. El otro se pone en modo positivo, tiene más ganas de estar con nosotros ( buscamos lo alegre), se fían más de nosotros (no nos fiamos de los tristes); atraemos eróticamente al otro (esas sonrisas magnéticas).
2. La sonrisa provoca más alegría. Nuestras emociones nos hacen comprender mejor lo que nos rodea y lo que nos sucede. ¿No te has sorprendido nunca a ti mismo sonriendo? El dolor nos aleja de lo que nos duele y la sonrisa nos indica lo que nos gusta, con lo que disfrutamos. Nuestras emociones nos guía, según De Sousa, las emociones nos ayudan a tomar las decisiones más correctas posibles. Un componente fundamental de la inteligencia emocional es percibir e identificar nuestras emociones, para poder regularlas y que nos lleven al camino correcto. Así que al sorprendernos sonriendo, algo extremadamente automático, identificamos lo que nos hace sonreír y provoca que lo busquemos más
3. Y el último que hoy comentaré es para mí el más importante. Sonreír es un placer, ¿A quién no le gusta sonreír? La sonrisa no va sola, es una hermosa bandera de muchos cambios en nuestro cuerpo que nos hace disfrutar. Como decía antes la alegría nos indica cosas positivas, es una señal. Pero no sólo es una señal, es un refuerzo, un premio que nos ha aportado la naturaleza para distinguir lo positivo en nuestras vidas. Y para conseguir ese propósito la alegría tiene que dar placer. Nuestra sonrisa nos hace disfrutar de nosotros, saborear el momento y lo que nos rodea, la sonrisa es disfrutar.