Tres museos que amarás en Montreal

Por Verónica Marmolejo

Musée des Beaux Arts


Visitamos tres fabulosos museos en Montreal (Quebec, Canadá), todos encantadores, modernos, divertidos y muy interesantes. Definitivamente mi favorito fue el Mueso McCord, pero debo resaltar que la experiencia multimedia que tiene el Museo Pointe-à-Callière es padrísima y que el Musée des Beaux Arts (Bellas Artes), es fabuloso.
Comenzaré por contarles del Museo Pointe-à-Callière que ofrece el recuento histórico de la región. Encontrarás ahí un recinto arqueológico que muestra los que fueran los desagües en el siglo XVII. Si bien no es algo tremendamente antiguo, tiene un gran valor histórico y la forma cómo es presentado es moderna e ingeniosa, pues hay algunas “monadas” de la tecnología, como hablar con una mujer (holograma) de la época y ver sombras de gente de aquellos tiempos. Por otra parte, la sala para los más pequeños que tiene temática pirata es una dulzura. Su restaurante es muy bueno y la terraza en el último piso te permitirá tener lindas vistas del Viejo Puerto. Otro punto sobresalientes es la proyección que se hace cada media hora con traducción en varios idiomas, donde se cuenta la historia Quebec. Está muy bien contada, pero además la proyección es totalmente atrayente y atrapa muy bien al espectador. Me gusta mucho y a los niños les fascina porque usan muchas ilustraciones y efectos especiales.

Museo Pointe-à-Callière.


Por otra parte, el Musée des Beaux Arts (Museo de las Bellas Artes) es muy completo y enorme si consideramos que está instalado en tres recintos que están juntos, dos de un lado de la calle y uno más, del otro; pero no hay que salir para moverse por el museo, pues hay túneles que facilitan el acceso. Este museo se encuentra en la Calle Sherbrooke. Nosotros entramos por el llamado Jean-Noël Desmarais Pavilion, que parece ser la sede principal del museo. En este lugar hay exposiciones de arte europeo que van desde la Edad Media hasta el renacimiento. En la primer planta está un lounge familiar hermoso, con cómodos y coloridos sillones, y paredes decoradas con siluetas, rostros… todo en líneas negras sobre el muro blanco. En el resto de los edificios, se encuentran piezas antiguas como muebles, plata y objetos decorativos; así como arte inuit y pinturas sobre la historia canadiense. Fue en este lugar donde vimos la exposición “Faberge, Joaillier des Tsars”, que además de ser espectacular sirvió de pretexto para contar a mi hija la historia de los zares de Rusia.
Y mi favorito fue el Museo McCord por muchas razones. Cuando leí algo acerca de este museo, decía que era sobre la historia de Canadá, entonces esperaba encontrarme con piezas antiguas, obras, pinturas y ya saben! Y no sé porqué cuando me dicen “museo de historia” pienso en un lugar sobrio. En fin, este museo es totalmente lo contrario a sobriedad, pues la museografía es moderna, colorida y llamativa. Lo primero fue visitar la sala de arte inuit, que va desde las piezas clásicas hasta algunas más modernas. Videos y fotografías que permiten al visitante adentrarse en ese mundo de frio y pieles. Me cuentan que este museo fue instalado gracias a la donación de piezas del abogado David Ross McCord, quien gustaba de coleccionar todo lo referente a la vida en Canadá.

Museo McCord.


Por otra parte, al momento de nuestra visita (julio 2014) estaba una exposición llamada simplemente “Musique” (Música). Al entrar nos proporcionaron algo que parecía ser una audio-guía, pero resultó ser para escuchar las canciones que se identificaban con cada momento histórico y con los artistas. Fascinante!!!
Tip: Las boutiques de los muesos Pointe-à-Callière y McCord son excelentes para encontrar los regalitos, porque hay piezas de joyería inuit, libros, música y otras cosas muy divertidas y novedosas.