Tres tipos de escritores

Publicado el 09 enero 2012 por Vwollstein

…¿De qué tipo eres tú?

Es interesante saber cómo trabajamos para ir mejorando nuestro método de escritura. Este post no significa que haya tipos buenos de escritores y tipos malos, solo que cada uno necesita unas condiciones diferentes para escribir. Al centro del asunto:

Un escritor no siempre advierte que su modo de afrontar la escritura puede variar respecto a otros. La inspiración siempre encuentra al autor trabajando, cierto, pero ese ‘trabajando’ no siempre es igual. Por eso, lo que a algunos ayuda, a otros les estorba.
El profesor de la Universidad galesa de Aberystwyth (UWA) Daniel Chandler ha estudiado cómo escriben y perciben su tarea cientos de autores, académicos y literarios. Compara las cuatro estrategias básicas que aplican con otras tantas actividades creativas: las estrategias del arquitecto, del albañil, de la pintura al óleo y de la acuarela. Lo que las identifica es el distinto papel que en cada una juegan la planificación previa, el borrador, la escritura y la revisión

Escritores estilo arquitectos y albañiles:

La estrategia arquitectónica, más bien racionalista, sigue el proceso clásico de planificación, escritura y revisión, con énfasis en la estructuración previa del texto. El escritor que usa esta estrategia elige conscientemente sus métodos, se centra en el tema más que en el proceso de escritura, tiende más que otros a dejar reposar el texto y no necesita escribir para aclarar el pensamiento. No le importa el tamaño de la pantalla si escribe en ordenador. Son autores pragmáticos, los menos sensibles al aspecto gratificante de la escritura.

La estrategia del albañil consiste en ir acabando y colocando pieza tras pieza en el texto. Parece que el autor escribe sin reescribir, porque realiza la tarea de corregir y revisar en cada frase y cada párrafo, antes de pasar a los siguientes. El primer borrador coincide con el texto definitivo. Estos escritores suelen tener una idea clara de lo que quieren decir y tampoco entienden que la escritura sea fundamental en el proceso de pensamiento. Son más bien lentos (producen poco en una sesión) y utilizan mucho menos el ordenador que el resto.

Escritores estilo pintura al óleo y acuarela:

La estrategia de la pintura al óleo concibe el texto como una labor acabada tras sucesivas capas que admiten cualquier retoque de lo anterior. Es la que da mayor relieve a la reescritura: apenas hay planificación, sólo la anotación de ideas que van surgiendo, pero el texto global se revisa continuamente, de modo que esas ideas vayan decantándose y cristalizando. En el camino se desecha mucha producción y de la primera redacción a la última hay una enorme diferencia. Los autores que usan esta estrategia necesitan escribir para entender, y son los que más utilizan el procesador de textos.

La estrategia de la pintura a la acuarela, por contraste, apenas admite revisión. El texto es casi intocable, pues precisamente se busca plasmar a la primera lo que se quiere decir. Las causas que esgrimen los autores para utilizarla, sin embargo, difieren. A algunos les mueve el afán de frescura y espontaneidad; en otros, la plasmación en papel es sólo la culminación de un proceso de planificación y escritura fundamentalmente mental; otros quieren aprovechar el impulso, la inspiración del momento, para redactar de corrido hasta acabar. Tienden a escribir a mano, pues la primera redacción es la definitiva, aunque enfocan o acotan el texto de algún modo antes de empezar. La revisión se reduce a correcciones gramaticales y estilísticas mientras se redacta.

Estrategias mixtas:

Con esta descripción, advierte Chandler, no hay que caer en la trampa de pensar que hay cuatro modelos de escritores. De hecho, muchos autores utilizan más de una estrategia a la hora de escribir. Las más asociadas son la del arquitecto y la del albañil; las más contrapuestas, las de la acuarela y la pintura al óleo, y ésta última y la estrategia del albañil. Cuando se opta por una sola, parece debido al tipo de texto, más que al tema.

Todo el post lo he sacado de aquí.

Y como bonus una frase interesante sobre este tema: “Hay dos tipos de escritores: unos hacen pensar, y otros hacen soñar”, de Brian Aldiss