Ahora que ya están aquí las ansiadas vacaciones, hay gente que se enfrenta a otro problema , el mareo, sobre todo, si tienes niños como yo que se marean cuando vamos a la esquina, imagínate lo que puede pasar cuando nos los llevamos a un pueblo idílico de montaña con una carretera llena de maravillosas curvas. Pues si eso también te pasa a tí o a algún miembro de tu prole estate atenta pués te vamos a dar unos consejos que pueden ayudar a pasar el mal trago de marearse. Sentarse e inclinarse con la cabeza entre las rodillas para activar el suministro de sangre hacia el cerebro.
Evitar los cambios bruscos de posición, especialmente, cuando está sentada y quiere acostarse (o vice versa).
Reducir el consumo de azucares o carbohidratos procesados, ya que un exceso de estos alimentos pueden causar mareo cuando el nivel de azúcar en la sangre baja luego de un impulso de energía momentáneo. Igualmente, importante es ingerir los alimentos bajos en sal, grasa y que sean poco condimentados.
Evitar leer, jugar con las consolas, ver un dvd, y cualquier cosa que te exíja concentración ya que estas cosas hacen que nos mareemos más.
Ventila bien el coche, sobre todo si se fuma en él. Pero evita usar un ambientador demasiado fuerte, ya que ese olor también les puede molestar.
Si vas a comenzar el trayecto justo después de desayunar, no des a tu hijo leche, sustitúyela por un lácteo sólido como quesitos. Con los líquidos se vomita más fácilmente.
Procura que no coma en exceso, no es bueno llevar el estómago lleno, aunque tampoco vacío.
Siempre que sea posible, siéntale en la parte central del coche (es el lugar que menos se mueve
Deja una ventanilla ligeramente abierta, así permites que el aire se renueve.
Prepara varias actividades para realizar durante el trayecto para que se mantenga ocupado. Juegos, adivinanzas, canciones… pero ninguna que incluya leer, esto suele marear a los niños.
Evita el calor excesivo dentro del coche, no pongas la calefacción demasiado fuerte en invierno.
Dale un caramelo de limón, ayuda a prevenir las náuseas.
Y, siempre, estate muy pendiente de él, de si se queja, se empieza a encontrar mal o está más pálido de lo normal. Ante cualquier señal de alarma, mejor parar un rato y descansar.