Trucos para Lucir el Velo Sin Contratiempos y con Estilo

Por Aranchawp @MeigayCaldero

El velo es uno de los accesorios más nupciales que hay. Cuando nos imaginamos a una novia idealizada, probablemente la visualicemos con un velo. Y aunque hay muchas novias que prefieren sustituirlo por un tocado, por una diadema o una tiara o incluso llevando el pelo suelto sin más adornos, también hay otras muchas que no quieren renunciar a él para dar el sí, quiero

Aunque el velo puede conllevar algunas complicaciones, puesto que suele tener cierto volumen y mucho movimiento, debe ir bien sujeto al peinado y lo llevarás puesto durante un tiempo en el que te moverás mucho con él. Tendrás que entrar y salir del coche, caminarás, te sentarás, saludarás a muchas personas...

Por eso en este post quiero darte algunas claves y trucos para lucir el velo sin contratiempos y con estilo


 

Elige el velo teniendo en cuenta varias cuestiones: si te apetece llevarlo en primer lugar, tu estilo personal, qué boda tenéis en mente tú y tu pareja, en lugar en el que va a tener lugar la ceremonia y la recepción, el vestido que has elegido, etc. Por ejemplo, un velo de tipo catedral no será el más apropiado si vas a caminar por el césped o la arena durante la mayor parte de la boda. Otro ejemplo más: si el vestido que has elegido es muy barroco, no será muy apropiado utilizar un velo con mucho encaje, pedrería y aplicaciones. 

Procura ponerte el velo justo antes de salir de la habitación en la que te estés cambiando, ya sea para una sesión de fotos o para dirigirte a la ceremonia. De ese modo no correrás el riesgo de que se mueva, se enganche o se manche incluso antes de que comience la boda. Por otra parte, estarás más cómoda mientras llega la hora. 

Según el tipo de velo y si tienes que hacer un trayecto relativamente largo, quizás te convenga esperar a llegar al espacio en el que vaya a tener lugar la ceremonia. Así evitarás que se te arrugue o se te descoloque en el coche. Aunque tiene sus desventajas, sobre todo si no te está esperando a la llegada tu estilista o alguien que sepa acomodar el velo con seguridad en tu cabello, y que tenga mucho cuidado para no despeinarte. Los velos más cortos y menos voluminosos te darán menos problemas, por lo que podrás dejártelos puestos todo el viaje.


 

Lleva tu velo a la prueba de peinado. De esa forma tu estilista y tú podréis elegir el peinado más apropiado. 

Consulta con tu peluquera/o cómo colocarte el velo de la forma más estilosa y segura posible. Los profesionales sabrán orientarte y ejecutar el peinado y la colocación del velo, así que merece la pena fiarse de ellos.

Si te vas a peinar y a colocar el velo tú misma, debes tener en cuenta que la peineta que suelen llevar no es suficiente (ni mucho menos) para sostenerlo durante mucho tiempo en su sitio. Necesitarás horquillas o clips para reforzarlo, y maña para colocarlos sin rasgar o romper el tejido (y sin hacerte daño en el cuero cabelludo). 


 

Evita el gloss o los labiales pegajosos, porque el velo terminará manchándose y pegándose en tus labios. Déjalos para el momento en el que te lo retires para la recepción y el baile.

Elige bases, correctores, iluminadores, sombras y blushes de larga duración y resistentes al agua, conseguirás que el velo no se manche ni se pegue.

Si vas a llevar el rostro cubierto por el velo al comienzo de la ceremonia, el maquillaje debe marcar un poco más tus facciones para que no se vean desdibujadas mientras caminas por el pasillo nupcial. Eso no quiere decir que te maquilles mucho más, sino pensando en el efecto del velo. Con marcar un poco más tus pómulos, tus cejas y tus labios será suficiente.

Es importante aplicar polvos o toallitas matificantes en la frente, la nariz y en cualquier zona que vaya a estar en contacto con el tejido durante la ceremonia. El sudor o la grasa del maquillaje pueden dejar manchas.

Si el vestido está repleto de pedrería y aplicaciones, puede que el velo se enganche en esos adornos. Compruébalo antes de decidirte por un velo. 

Las piezas de joyería pueden engancharse en el velo, lo que puede ser engorroso, pero también puede darte más de un disgusto. El tejido puede arrancarte alguno de tus pendientes o estropear una joya valiosa. Y, por otra parte, la joyería puede terminar rasgando el velo, y eso puede ser algo dramático si se trata de una mantilla o velo antiguos y/o prestados. Es importante que compruebes si el binomio velo + joyas funciona, así que llévate ambos a la prueba del vestido y muévete con ellos para ver cómo se comportan. Si no funcionan juntos, tendrás que prescindir de uno o de otras, o cambiarlos por otros. 


 

Si hace viento, tu velo puede jugarte malas pasadas, por lo que conviene que te plantees si te compensa llevarlo el día de la boda o no. En cualquier caso, en el post Qué Hacer Cuando el Viento Se Autoinvita a la Boda encontrarás algunos trucos que te ayudarán si el día del sí, quiero se levanta ventoso. 

El velo te lo puedes quitar después de la ceremonia, justo antes de entrar al cóctel. Así estarás más cómoda durante la recepción y la fiesta. Si no quieres prescindir del velo en ningún momento puedes utilizar dos,  uno más largo para la ceremonia y otro más corto para el resto de la celebración. 

Si tu estilista está presente para quitarte el velo, serás afortunada. Si no es posible, conviene que enseñe cómo hacerlo de la forma correcta a la persona que se vaya a encargar de retirártelo tras la ceremonia. 


 

Cuando te lleves el velo a casa, cuídalo al máximo. No lo dejes en cualquier sitio y procura que no se rompa o se manche antes de tiempo. También conviene que evites que se arrugue.

Si es un velo largo, dóblalo cuidadosamente (hazlo en una superficie lisa) y luego cuélgalo sobre una percha. 

Si el velo es corto, sujétalo en una percha o gancho con unas pinzas (que no aprieten demasiado) y déjalo colgar libremente, después de haberlo alisado con la mano, dejando que el vuelo se asiente completamente. Si tiene peineta, sujeta las pinzas de la peineta en lugar de hacerlo del tejido.

En caso de que el velo o mantilla sean muy valiosos, llévalos al tinte para que los limpien y los planchen antes de la boda. 


 

Si vas a eliminar las arrugas tú, no utilices jamás la plancha, es mejor que emplees vapor. Las planchas verticales de vapor pueden serte de utilidad, siempre que lo hagas con mucho mimo. Aunque te recomiendo que consultes en la tienda en la que lo compres cómo hacerlo, porque cada tejido requiere un tratamiento específico. 

Si usas la plancha de vapor vertical, hazlo sin que toque directamente el tejido, comprobando que tiene agua suficiente en el depósito, con la temperatura adecuada y dejando que se enfríe totalmente antes de colgarlo o doblarlo. Ojo con la plancha vertical si tu velo tiene pedrería o aplicaciones, porque pueden estropearse. En cualquier caso, consulta en la tienda en la que lo adquieras cómo plancharlo.

Cuando el velo no sea muy largo, siempre puedes utilizar el viejo truco de dejar el velo bien colgado en el baño mientras te duchas con agua muy caliente. 

Guarda tu velo al resguardo de la luz solar y del calor. ¿Lo ideal? Una funda para la ropa que permita que el tejido respire. 

Ahora ya puedes disfrutar de tu precioso velo el día de tu boda.

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La primera vez que apareció el post Trucos para Lucir el Velo Sin Contratiempos y con Estilo fue en el blog de ¿Quién Dijo Boda?



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