Aunque puede parecer que con 20 años nuestra salud debe estar en óptimas condiciones, como dice el dicho, siempre es mejor prevenir que curar.
En el caso de las mujeres, desde el momento que comenzamos con la regla, es fundamental que se realicen revisiones periódicas al ginecólogo. Al menos una vez al año debes hacer tu visita anual al ginecólogo el cual te hará algunas pruebas complementarias para comprobar que todo está correcto. Este tipo de pruebas ginecológicas suelen incluir citologías, ecografías y en algunos casos colposcopía o biopsias si se considera necesario. Junto con ello, un examen físico y la comprobación de que se tiene los períodos regulares.
Cuando existe un desequilibrio hormonal, algo muy frecuente en los jóvenes, hace falta entonces la visita a un endocrino que ayuda a determinar qué hormona está haciendo que los períodos en la mujer no sean regulares, entre otro tipos de síntomas. Un análisis de sangre completo podrá dar datos más certeros sobre qué es lo que está sucediendo.
Si no tienes ningún desequilibrio hormonal aparente, el análisis de sangre debe enviártelo el médico de familia o de medicina general que junto con una exploración física podrá controlar si todo está en perfectas condiciones en tu interior.
También es muy frecuente que en esta época, se sigan teniendo problemas de acné, con lo que una visita a un dermatólogo nunca está demás con el fin de aplicar el mejor tratamiento para poder tener la piel perfecta.
Cuando existe algún factor de riesgo por enfermedades familiares, es importante realizar controles más exhaustivos con el fin de prevenir. Cada caso es particular, pero podría ser necesario por ejemplo una mamografía antes de tiempo, si hay posibilidades de cáncer de mama en una mujer o análisis de tiroides o diabetes cuando existen casos de familiares directos. Otra posibilidad es que haya problemas cardiovasculares, en donde será necesario entonces la visita al cardiólogo.
Si realizas algún deporte profesionalmente o tienes una actividad física elevada, la visita al cardiólogo también es importante para que controle que tu corazón funciona a la perfección. Muchas veces se hace necesario aquí la realización de una Ergometría para comprobar cómo reaccionas ante el esfuerzo.
Desde luego que apenas compruebes que hay problemas de visión, la visita al Oftalmólogo es un deber con el fin de comprobar si es necesario colocar gafas o algún tratamiento especial. Lo mismo con el oído, cuando no se escucha bien, una audiometría puede dar casos concretos.
Para finalizar, al menos una vez al año, debes pasar por una revisión odontológica y una limpieza de higiene bucal para mantener tu sonrisa limpia y perfecta.