En tu intestino hay millones de bacterias, virus, hongos y levaduras. Es el microbioma. Pero los organismos más beneficiosos que hay en ella, son bacterias. En tu microbiota, podemos encontrar 7 tipos (filos) de bacterias. Los más importantes son los firmicutes, los bacteroidetes y los actinobacterium. Representan el 95% de tus bacterias intestinales. La gran mayoría son anaerobias, es decir no necesitan el oxígeno, para vivir.
Tu microbiota, además, está formado por más organismos, algunos de ellos están de forma esporádica en ella, son transeúntes.
Lo normal es que tu microbiota, sea más o menos “estable”, siempre que tú estado de salud, sea SALUDABLE. Más o menos, debe de estar constituida de la siguiente manera
- Firmicutes (60-80%)
- Ruminiococcus
- Clostridium
- Lactobacillus
- Bacteroidetes (20-30%)
- Bacteroides
- Prevotella
- Xylanibacter
- Actinobacterias (menos de un 10%)
- bifidobacterium
- Proteobacterias (menos de un 1%)
- escherichia
- enterobacteriaceae
Los firmicutes, también conocidos como endobacterias, se ha demostrado, que están muy relacionadas con la obesidad. Son bacterias “malas”, cuando están en desequilibrio. Tener una mala alimentación, basada en grasas saturadas y en una alta cantidad de proteína animal, promueve el crecimiento de este tipo de bacterias. Aunque no te guste, es necesaria su existencia. Pero claro, deben de estar viviendo en armonía con el resto. Se ha visto que los firmicutes, aumentan la capacidad para digerir unos polisacáridos, que en condiciones normales son indigeribles, las personas delgadas las eliminan por las heces, sin absorberse.
En la persona obesa, estos polisacaridos, al digerirse, dan lugar a monosacaridos y ácidos grasos de cadena corta, que si son absorbidos, y por tanto se obtiene más energía.
Los bacteroidetes (son bacterias gramnegativas), son muy importantes a nivel metabólico e inmunológico. Cuando predominan, se asocian a un estado de salud, SALUDABLE. También controlan el crecimiento y la colonización de los firmicutes.
Los géneros bacteroidetes más destacados son Prevotella y los Bacteroides, son los dos enterotipos, que predominan más en ti. Estas fermentan la fibra, que tomas en tu dieta. Esa fibra que no la absorbes, ni la digieres. Pero lo hacen de distinta manera, la Prevotella de forma más eficaz que los bacteroides.
Al fermentar la fibra, se produce ácidos grasos de cadena corta, concretamente, propionato. Este ácido graso, tiene la propiedad, de reducir tu colesterol, disminuye la producción de grasa en el hígado y produce un efecto saciante. Los Prevotella lo hacen 3 veces más que los Bacteroides.
Todo esto está genial, pero desgraciadamente, este equilibrio en tu intestino, se puede ver alterada por:
- el estilo de vida que llevas, estrés, medioambiental
- una dieta inadecuada (exceso de azúcar y falta de fibra)
- poco ejercicio
- los antibióticos, antiinflamatorios…etc
- el envejecimiento
- enfermedades
Todo esto hace, que en tu microbiota, los “residentes intestinales” más beneficiosos desaparezcan o estén en menor número, del que sería recomendable. Y sus huecos, son ocupados por residentes “malos”, ósea los firmicutes o endobacterias.
Cuando esto sucede, los primeros síntomas, apenas los percibes como síntomas, de que algo en tu intestino va mal. Los principales son trastornos digestivos como:
- flatulencias
- y/o diarreas
- o estreñimiento
Todo esto va acompañado de una capacidad digestiva reducida. Y por tanto, de una reducción en la absorción de tus nutrientes. Por lo que si esto no lo arreglas. Llegará un momento, en que en tu cuerpo, haya deficit de nutrientes esenciales, tipo vitaminas, magnesio…
Si esto sigue agravándose, puedes desarrollar enfermedades tan insospechadas, como la depresión, ansiedad… ¿a qué es alucinante?
Por lo que es esencial, tener una microbiota equilibrada y armoniosa.
Antes se pensaba que el intestino del feto, en el útero de la madre, era estéril. Pero se descubrió, que tienen una pequeña cantidad de bacterias, que provienen de la placenta de la madre. Pero además hay una curiosidad. Y es que son similares estas bacterias, a las que existen en la boca de la madre.
Durante el parto vaginal, el niño se “impregna” de las bacterias, que hay allí. Y estas, comienzan a colonizar su intestino. También en la lactancia, el bebé toma la microbiota que hay alrededor de la areola.
Se hizo una investigación, con niños nacidos por cesárea. Cogieron y frotaron alrededor de su boca, piel y ano, con bacterias vaginales de su madre, dentro del minuto después de nacer. Al mes, se vio, que estos niños, tenían una microbiota muy parecida, al de un bebé, nacido por parto vaginal.
En los primero ocho meses de vida, tu microbiota, está compuesta principalmente por bifidobacterias. Son fuertemente acidificantes, pues necesitas mantener el intestino, libre de sustancias patógenas. Si estas bifidobacterias no están presentes o lo están en una menor cantidad, tu microbiota desfavorable (firmicutes) colonizará y se producirá cólicos, flatulencias, eructos, estreñimiento, heces malolientes, diarreas.
Por ello, es bueno dar Bifidobacterium infantis y Lactobacillus rhamnosus, a los bebés para ayudarles en estos primeros meses.
Durante la ancianidad, tu microbiota vuelve a cambiar. Aumentando el número de enterobacterias (residentes “malos”) y disminuyendo los bifidobacterias. Esto hace, que el medio no esté tan ácido, sobretodo en el intestino delgado y haya un crecimiento del Clostridium difficile, por ello tienen diarrea las personas mayores.
Cuando tienes una microbiota armónica y saludable:
- tus bacterias, ayudan a descomponer, los carbohidratos, los azúcares y las fibras. Para obtener nutrientes, producen una serie de enzimas desintoxicantes, para el proceso de la digestión de los alimentos. Tales como la lactasa; que neutralizan alérgenos, pesticidas, tóxicos…
- regulan el movimiento de tu intestino y el peristaltismo. Como son los lactobacilos y algunas levaduras. De esta manera, se trata de evitar lo más posible, el proceso de descomposición, en esta zona. De esta forma evitarás, generación de gases, estreñimiento, cáncer. Acumulación de sustancias tóxicas. Por ello si tomas probióticos, te protegerán, frente a estos tóxicos.
- modula el sistema inmunológico. El intestino es el órgano inmunológico más grande del cuerpo. Si tu microbiota está en óptimo estado, esto tiene un efecto positivo sobre el sistema inmunológico. Por ejemplo, ayudan en la producción de anticuerpos.
- previenen las alergias, las bacterias beneficiosas de tu microbiota, entrenan a tu sistema inmunológico. Para que este distinga entre sustancias patógenas y las inocuas. De esta manera, tu microbiota impide, que tu sistema inmunológico dé una respuesta exagerada, produciendo una crisis de alergia.
- modulan la conexión intestino – cerebro
- producen ácidos grasos de cadena corta (FOS y GOT), con los que disminuir, los valores de Ph en tu intestino, y alcanzar un equilibrio, en el ambiente intestinal. Se previene de esta manera el crecimiento excesivo de bacterias y hongos patógenos. Algunas cepas, secretan bacteriocinas. Estas son sustancias perjudiciales, para los residentes desfavorables de tu microbiota.
- producen tu vitamina K y B1, B6,B12, ácido fólico y biotina, de esto se encargan las bifidobacterias.
- regula los niveles de grasas, colesterol y triglicéridos.
Cuando tienes una microbiota alterada se produce:
- desequilibrio en el Ph, por lo que los alimentos no se absorben bien. Esto produce un mal suministro de nutrientes al cuerpo.
- las bacterias patógenas, comienzan a crecer, produciendo toxinas. Esto va degradando la mucosa intestinal. Produciendo apertura de las “tie action” (son canales que se abren entre las células) y entrando sustancias al torrente sanguíneo, que no deberían. Esto produce procesos inflamatorios de bajo grado. Si esto continua, se producen enfermedades crónicas (como la diabetes tipo 2). Si esto sigue, termina por descontrolar tu sistema inmunológico.
¿Cómo puedes recuperar tu microbiota intestinal?
- Con una dieta rica en fibra fermentables, proteínas, baja en carbohidratos y azucares.
- L-glutamina, es un nutriente, para las membranas mucosas. Es el alimento de tu microbiota, haciendo que esta esté más saludable; ocasionando que las sustancias favorables estén donde tienen que estar, y por tanto disminuyendo la posibilidad de tener procesos inflamatorios de bajo grado en cualquier parte de tu cuerpo. La L-glutamina, estimula tu sistema inmunológico.
- prebióticos, son fibras que son bien absorbidas por tu microbiota intestinal beneficiosa. Actúan cómo su alimento. Aquí tenemos a la inulina y a los FOS (frutooligasacáridos)
- probióticos, son microorganismos vivos. Al consumirlos en dosis adecuadas, mejoran las bacterias beneficiosas, que forman parte de tu microbiota, promoviendo su desarrollo. Al crecer en el intestino y adherirse a la mucosa intestinal, evitan que bacterias patógenas ocupen esos sitios y produzcan efectos indeseados. Actúan como una barrera, que evita, la colonización de organismos patógenos. Busca los probióticos de amplio espectro, es decir deben de tener desde 2 cepas a más de 35, sus efectos son aditivos e incluso sinérgicos. Además hay evidencias científicas, demostrando la función de algunas cepas sobre:
– su capacidad de estimular y regular, respuestas inmunes (tanto la natural, como la adquirida)
– acortar la duración o reducir el desarrollo de ciertas infecciones.
– aliviar síntomas producidos por la alergia
– aliviar síntomas producidos por enfermedades autoinmunes.
– regulación del colesterol
– acciones antioxidantes
– estreñimiento
Debes de saber también, que los probióticos deben de cumplir una serie de requisitos, como
- resistir el Ph del ácido gástrico, las enzimas digestivas y las sales biliares.
- adherirse a las mucosas o a las células epiteliales instestinales, vaginales u orales.
Creo que está demostrado, lo importante de cuidarse el intestino, ¿no crees? Tu salud empieza por tu intestino. No lo olvides. Piensa diferente. Piensa en verde.
Referencias
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