Basta con sostener un columpio a una farola para que se convierta en un lugar desde el cual observar el río adyacente. O modificar una boca de riego para conseguir un juego de agua para niños. Gracias a estos diseños, lugares aburridos y abandonados se convierten en lugares de reunión y, lo más importante, nos hacen pensar en nuevas definiciones para los conceptos de “espacio público”, “propiedad colectiva” o “beneficio común”.
Basta con sostener un columpio a una farola para que se convierta en un lugar desde el cual observar el río adyacente. O modificar una boca de riego para conseguir un juego de agua para niños. Gracias a estos diseños, lugares aburridos y abandonados se convierten en lugares de reunión y, lo más importante, nos hacen pensar en nuevas definiciones para los conceptos de “espacio público”, “propiedad colectiva” o “beneficio común”.