En sus orígenes, el kikoy era usado por mercaderes árabes y más tarde, lo emperían a vestir los pescadores africanos. Su producción se desarrolló rápidamente en el seno de las tribus de Tanzania y Kenia, convirtiéndose en una prenda típica de la zona.
Ahora, Turtle Bay perpetúa esta tradición centenaria, respetando sus estándares de fabricación para ofrecer un artículo elegante y cuidado, con el certificado de la WFTO (Organización Mundial del Comercio Justo).
Los kikoys de Turtle Bay pueden ser usados como pareo o como toalla e incorporan un bolsillo invisible. Cada uno de ellos cuenta con más de 140 flequillos anudados a mano y están elaborados con algodón natural y teñidos con pigmentos naturales Novacron.
Todas sus colecciones están creadas a partir de una exclusiva paleta de colores y tejidas con hilos de algodón peinado.
Además, como novedad, esta temporada se presentan en rollo, anudados por dos cordeles de panadero alrededor de una perla hecha a mano por el taller Kazuri.