Reciclé unas de cuero de otro bolso, pero me daba la sensación que pesaban mucho.
Además, como se me meta algo en la cabeza, hasta que no lo hago no paro. Aquí, mi familia tendría mucho que decir.Bueno y que pereza, lo que se dice pereza, tengo más bien poca o ninguna.¿Empezamos?Lo primero, hay que tener una referencia del tamaño que queremos. En este caso, era fácil, las asas del bolso que tenía me parecían del tamaño adecuado.
Luego el material, ahí en una conversación con Beatriz, hablamos de trabajar con bies, y ella me dijo de meter guata entre medias.
Aquí yo metí brillis (me encantan los brillis), el bies era de raso negro (imitando al cuero que no me convencía).Como podéis observar he cortado dos tiras de bies, en una de ellas he metido la guata y la otra va cosida encima.Abajo os enseño como queda:Aquí ya acabados. ¿Observáis que están más cortos? No he tenido en cuenta los herrajes que son más pequeños.
Tampoco he tenido en cuenta que si no los quería negros porque el bolso va en tonos otoñales, ¿por qué los he hecho negros?
Vamos que no he solucionado nada, bueno si, he aprendido a hacerlos (que no es poco) y las cosas que hay que tener en cuenta.
Así es como ha quedado, de lejos queda discreto.
De cerca, nada conjuntado, al natural bastante menos.
¿Qué os creéis que me paré?
Pues no, de tirón también me hice los azules, que me gustaron menos porque me parecen cintas de mochila.¿Exagero?