Casi como el primer villancico, el soniquete de los niños del colegio de San Ildefonso nos anuncia que YA SI ha empezado la Navidad.
Pero para los rezagados que aún necesiten completar sus árboles les traigo unas artesanales bolas hechas con cáscara de huevo, pintadas a mano, nada más y nada menos que desde Salzsburgo, una de las ciudades donde más se disfruta de estas fechas (lo que me sugiere un bonito viaje para el año que viene).
No hace falta coger el avión, como mucho el metro hasta Opera o Sol y desde ahí al Mercado de San Miguel en el que encontramos un carrito con un cartelón tan luminoso que me ha quemado la foto y miles de huevos de colores brillantes que hacen las delicias de cualquier "hipersensible a la belleza"que diría un amigo. Yo me incluyo en el club aunque él vaya por otros derroteros que no vienen al caso en esta entrada...
Ya me contareis que os parecen a vosotros.