La leyenda del nunca jamás
El problema no son las rebajas. De hecho, esta época puede ser bastante útil para buscar objetos que has ido acumulando en tu lista de los 30 días. El problema reside en la tentación de las compras por impulso. Durante las rebajas se genera la falsa impresión de que esta oferta no volverá nunca jamás. Si no compras hoy, te lo perderás para siempre. Para evitar este dolor de una pérdida imaginaria, acabas comprando. Así llegó el quinto par de zapatos negros a tu estantería, al igual que esta prenda naranja que nunca te pones.
La realidad es un poco menos glamurosa que la publicidad de las grandes almacenes. La moda se repite, las cosas útiles no suelen desaparecer de las estanterías después de las rebajas y los productos de calidad volverán aparecer en los escaparates. No hay ninguna ley ni razón de comprar algo que no utilizarás en los próximos seis meses.
La libertad de la lista de compras
La alternativa es venir preparada. Si tienes una lista de los 30 días, ahora es el momento de revisarla. Si para el Proyecto 333 te falta una prenda básica, ahora puedes decidir qué buscas. Y si hay algún cumpleaños importante en los próximos meses, ahora puedes decidir que tipo de regalo querrás hacer (o si prefieres regalar tiempo). Prepárate en casa, lejos de las tentaciones y llévate la lista de compras a las tiendas. No vaya ser que a medio camino te inventas cosas que no estaban en la lista. (Todos lo hemos hecho en algún momento para justificar alguna compra).
Y si todavía te desconfiás: deja la tarjeta bancaria en casa y visita la tienda del museo de escaparates con el dinero contado.
Menos opciones, más decisiones
Parece una paradoja: es más fácil tomar una decisión entre dos opciones que entre 152. Si tienes que eligir entre dos vaqueros, ya sabes cuál te llevarás. Si te toca probar seis prendas muy parecidas ya es más difícil. Y si te ofrecen 20 modelos, es muy probable que siempre te quedarás con la sensación de quizás había alguna prenda ahí fuera que te quedaría mejor.
Las rebajas son un momento típico de esta abundancia abrumadora que genera más estrés que felicidad. Hoy las reglas las tendrás que poner tu: con una lista de los 30 días, llevando el dinero al contado, decidirte por la regla del “entra uno – sale uno” o por realizar un ayuno de compras. Al decidirte por uno de estos experimentos verás la presión bajar. Puedes pasar de largo de las tiendas o concentrarte en encontrar exactamente lo que necesitas, sin la presión de las oportunidades imaginarias a cargo de la publicidad.
¿Irás de rebajas?
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