Hay pocas ciudades que me hayan sorprendido tanto como La Habana. Fue como soñar despierto hacia el pasado de mi infancia cultural. Hacía muchos años que quería visitarla y durante todo ese tiempo, me fui nutriendo de mucha imaginería visual, de muchos grandes fotógrafos que la captaron en diferentes momentos cruciales. Me construí una ciudad a través de los ojos ajenos. Sin embargo me faltaba descubrir el corazón y eso se logra estando allí, conviviendo con su gente, deambulado sin cesar por sus agrietadas calles, por sus olores, por su cotidianeidad. Y a disfrutarla con una cámara, que de eso se trata.
(c) Marcelo Caballero. La Habana 2017
Ya llevo dos viajes en la maleta, realizados entre el 2016 y este año; y ya les puedo asegurar que una pequeña puerta del corazón habanero se me ha entreabierto y lo titulo Un apuro lento, un proyecto que me hace ilusión y que me invita a seguir visitándola.“Y es que en La Habana el tiempo avanza detenido, o no avanza. – señala el escritor cubano Abilio Estévez en su libro InventarioSecreto de La Habana – Somos quizás nosotros quienes intentamos deslizarnos por un inexorable muro de tiempo estancado. La inmovilidad ha sido nuestra única movilidad”Me gustaría compartir con ustedes un video con una pequeña selección de este proyecto.Muchas gracias y hasta pronto!
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