El gran dibujante, grabador, pintor, escultor, litógrafo que fue el francés Gustave Doré (1833-1883) sólo tiene parangón con una personalidad misteriosa que no dejó de reflejar en casi todas sus obras. Un tema que abordó fue el de un personaje de un libro publicado en el siglo XVI, Orlando Furioso, del autor Ludovico Ariosto (1474-1533). En el grabado de Doré aparece el héroe Ruggiero atacando al dragón con su lanza para liberar a Angélica.
Este mismo tema utiliza el magnífico pintor Jean Auguste Dominique Ingres (1780-1867), Museo del Louvre, París. En las interpretaciones de esta obra hay desde un simbolismo fálico, expresado en la lanza que hiere al dragón y en la esclavitud sexual de Angélica, hasta el mismo épico drama basado en la mitología griega de Perseo rescatando a Andrómeda.
Por último, un grabado de Gustave Doré, Enigma, donde el artista manifiesta toda su inquietud misteriosa. Un campo de batalla, un ángel abrazando a un hombre con figura de león... Ése es el reto, ése el enigma. Ése es el Arte.
(Imagen de una ilustración de Gustave Doré en el libro Orlando Furioso; Pintura de Ingres, Ruggiero y Angélica (1818), Museo Louvre, París; ilustración de Doré, Enigma, actualmente en el Museo D'Orsay de París; imagen de Gustave Doré.)