En los Estados Unidos otro atractivo lo ejercen las sustanciosas becas escolares que pueden a llegar a disfrutar los jóvenes deportistas. Incluso en niveles universitarios, donde quizá unas notas mediocres en las materias académicas se compensan por la actividad deportiva de las instituciones universitarias. En un país donde los estudios universitarios son notablemente onerosos, la actividad deportiva es un juego perverso que sirve para atraer nuevos alumnos.
El Dr. Joel S. Brenner, es el director de Medicina deportiva y Medicina Adolescente del Children’s Hospital of The King’s Daughters en Norfolk, Virginia. En ese prestigioso centro tuve la oportunidad de trabajar varios meses en un lejano pasado. Es el autor del informe a que se refiere Medscape. Y dice
Definitivamente queremos animar a los padres a que sus hijos participen en deportes y actividad física, pero no necesariamente tienen que ser deportes organizados. A menudo nos olvidamos del juego deliberado. El juego deliberado significa que es una interacción voluntaria e informal en los deportes. Es la participación para el propósito principal del disfrute. Es lo que solíamos hacer cuando yo era más joven; Salíamos y jugábamos, ya fuera baloncesto o futbol, sólo un grupo de niños sin participación de adultos. Hicimos nuestras propias reglas y nuestros propios equipos. Jugamos para divertirnos. Ya no vemos eso tanto en nuestro entorno.
Nosotros tampoco.
A la hora de aconsejar a los padres se debe primar la actividad física y prevenir con prudencia ante los excesos y las restricciones que imponen los deportes competitivos.
X. Allué (Editor)