Un destino por descubrir, de Clare Vanderpool

Por Eltiramilla

Un destino por descubrir es el relato de Abilene, una niña de doce años que en 1936 se ve obligada a pasar el verano en Manifest, un pueblo en apariencia aburrido y carente de interés. Pero también es la historia de Jinx y Ned, dos muchachos que vivieron en esta localidad dos décadas atrás, durante la Primera Guerra Mundial. Las dos tramas se entrecruzan a partir de unas viejas cartas que encuentra Abilene, textos que complementa con los recortes de los periódicos antiguos y las narraciones de la enigmática señorita Sadie, una adivina que conoce mejor el pasado que el futuro. Mientras esta mujer le habla de los chicos, Abilene va encajando las piezas del rompecabezas y poco a poco empieza a sentir cariño hacia Manifest. Solo le queda una duda: ¿qué relación tiene ella con Jinx y Ned?

Si tuviera que definir esta novela con una palabra, me decantaría por cálida o entrañable. La historia de Abilene es ante todo bonita: una muchacha que llega a un pueblo sin demasiadas ilusiones pero poco a poco descubre que es un lugar con gente peculiar y rincones muy especiales (y que su padre tiene mucho que ver con ellos, aunque todavía no sepa por qué). De todas formas sería un error creer que el hilo solo gira en torno a la niña: las vivencias de Jinx y Ned durante los años 1917 y 1918 también se llevan una gran parte del protagonismo porque la autora alterna fragmentos en tercera persona sobre ellos con la voz personal de Abilene en el verano de 1936. Asimismo, entre las páginas del libro hay artículos de la antigua reportera de la localidad y transcripciones de las cartas de uno de los chicos, con lo que podemos conocer mejor la situación del pasado. A propósito de este tema, entre los sucesos acontecidos tiempo atrás se tratan cuestiones históricas de gran interés, como la epidemia de la gripe española y la inmigración, aunque sin duda el episodio más impactante y conmovedor es la Primera Guerra Mundial. Clare Vanderpool escribe con mimo y buen gusto, hace una recreación convincente de los dos periodos y su narración está repleta de matices a los que merece la pena prestar atención, como las canciones de Abilene y sus amigas. En lo relativo a los personajes, lo cierto es que me han parecido más interesantes los adultos que los jóvenes: además de la extraña señorita Sadie están el Pastor Shady Howard y la Hermana Redempta, dos personas poco convencionales que consiguen sorprender a la protagonista. En el pasado, Jinx destaca y su historia tiene momentos emotivos por las duras experiencias que pasó durante su infancia. De hecho, toda la obra está llena de emociones con las que resulta fácil sentir empatía, desde los momentos en los que Abilene echa de menos a su padre al desenlace conmovedor que hace que la lectura permanezca en el recuerdo. La autora no ha necesitado recurrir a una acción trepidante ni a giros sorprendentes; para causar una impresión positiva en el lector le basta con un ritmo pausado y las repetitivas escenas de Abilene con la adivina y sus nuevas amigas. Personalmente, la trama de Jinx y Ned me atrapó menos que la de Abilene y quizá por eso el libro no ha conseguido cautivarme del todo, pero no puedo decir que tenga problemas en su desarrollo o planteamiento, porque el relato está perfectamente elaborado en todos los sentidos. El único inconveniente que tiene para el lector joven español es la distancia respecto de los temas tratados (estos acontecimientos históricos nos resultan lejanos, no es lo mismo que hablar de la primera mitad del siglo XX en nuestro país); aun así, si el argumento os llama la atención estoy convencida de que disfrutaréis con las andanzas de este grupo de personajes, porque hay dos cosas que no se pierden con el paso del tiempo: la simpatía hacia una niña curiosa como Abilene y la capacidad para ponerse en el lugar de los que sufren.

Un destino por descubrir nos acerca a la vida de un pueblo americano en dos épocas, la de la Primera Guerra Mundial y la de la Gran Depresión, a través de los ojos de unos adolescentes que las viven en primera persona. Esta novela se hizo con la Newbery Medal de 2011, un galardón que otorga la Asociación Americana de Bibliotecas (ALA) desde 1922 a la mejor publicación de literatura infantil y juvenil en Estados Unidos; todo un logro para una debutante como Clare Vanderpool. El tiempo dirá si mantiene este nivel en su carrera como escritora o este libro se convierte en un éxito aislado; en cualquier caso, recomiendo su lectura a los amantes de las historias tranquilas y cuidadas en los detalles: seguro que esta atmósfera agradable os transmitirá un sentimiento muy especial.