Al despertarnos descubro que los niños tienen fiebre y los planes del día se anulan. Nos toca día en casita – yo un poco agobiada por todas las cosas que siento que debería hacer y no haré… pero… Este día resulta ser un regalo – como si fuera un día demás.
Entre cuento y mocos, puzzle y Aperital, hago todas esas pequeñas cosas que llevo semanas pensando que tengo que hacer “algún día”.
Esas pequeñas cosas no vitales pero que hacen la vida un poco más bonita.