Un estudio confirma que la medicación preventiva del cáncer de mama en mujeres sanas es segura

Por Fat
El tratamiento con exemestano es una terapia no sólo eficaz en la prevención del cáncer de mama en mujeres sanas y con alto riesgo de desarrollar la enfermedad, sino que también es segura. Así lo han demostrado los datos de seguridad y calidad de vida del estudio MAP.3, en el que participa el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), y que acaban de ser presentados en la Reunión Anual sobre Cáncer de Mama en San Antonio (Estados Unidos). Una investigación pionera en analizar los beneficios de la quimioprevención con inhibidores de la aromatasa en la prevención de este tumor.
El doctor José Enrique Alés, coordinador principal del estudio en España, destacó que se trata del primer gran estudio de quimioprevención que se lleva a cabo también en nuestro país. "Gracias a las españolas que se han prestado a participar, GEICAM ha podido contribuir de forma importante a una investigación que puede ayudar a disminuir significativamente la incidencia de este tumor". De hecho, con los resultados de eficacia, que han sido similares entre las mujeres norteamericanas y europeas, el doctor Alés calcula que se podrían evitar cerca de 7.000 nuevos casos de cáncer de mama al año. "Ahora", añade este experto, "tras analizar los posibles efectos secundarios y cómo afecta a la calidad de vida de estas mujeres, podemos confirmar que es una terapia muy segura y aplicable a un gran número de mujeres con un riesgo significativo de desarrollar esta enfermedad".
En esta investigación internacional, publicada en su momento en The New England Journal of Medicine, han participado un total de 4.560 mujeres, de las que 432 eran españolas. El objetivo del ensayo, iniciado en el 2004, fue determinar en qué medida se reducía la aparición de este tumor a través del tratamiento preventivo con un inhibidor de la aromatasa (exemestano) en mujeres sanas con alto riesgo de padecerlo. Los resultados mostraron una reducción del 65 por ciento.
Para analizar el impacto de exemestano en la salud en general de estas mujeres se han tenido en cuenta diferentes parámetros. "Hemos utilizado la escala SF-36, un instrumento para medir la calidad de vida de forma general abarcando salud mental, dolor, etc. También se valoraron los síntomas de tipo menopáusico y el impacto en la actividad sexual. Los resultados globales muestran que no hay diferencias clínicamente significativas entre el grupo tratado con exemestano frente al de placebo", asegura el doctor Alés.
El seguimiento se llevó a cabo durante una media de tres años y el porcentaje de mujeres que abandonó el estudio a causa de la toxicidad de la medicación fue de un 15 por ciento en el grupo con exemestano y de un 11 por ciento en el de placebo. Concretamente, el impacto en la actividad sexual fue un poco mayor en las mujeres tratadas con exemestano durante los primeros seis meses de tratamiento: 4 por ciento con exemestano y un 3.9 por ciento en placebo.
En el estudio han participado un total de 4.560 mujeres, contando con las reclutadas en Estados Unidos, Canadá y Francia, los tres países en los que junto con España se ha llevado a cabo el estudio. De las 423 españolas, con una edad media de 60 años, sólo hubo 11 casos de las tratadas con exemestano (frente a las 32 en el grupo que recibió placebo) que acabaron desarrollando la enfermedad. "Hay que subrayar", matiza el doctor Alés, "que las mayoría de estos casos se detectaron en estadio precoz, ya que son mujeres a las que se les hacía una mamografía anual. Asimismo, es probable, aunque aún tenemos que analizar los datos con más profundidad, que el tratamiento con exemestano impida también la aparición de tumores más agresivos".
Para el doctor Alés el futuro de la investigación en quimioprevención pasa, en primer lugar, por difundir estos resultados y, en segundo lugar, por explorar esta vía en mujeres que tienen un riesgo muy elevado de recaída, aquellas con mutaciones genéticas que han heredado esta predisposición genética al cáncer de mama. "En este estudio hemos visto que se consigue prevenir el cáncer en un espectro muy amplio de mujeres, con un riesgo, casi el doble de desarrollar este tumor, que el que tiene la población general", concluye.