Investigadores de la Universidad de Montreal, en Canadá, han coordinado un estudio internacional que sugiere que los antecedentes familiares no son buenos indicadores para predecir la presencia de alteraciones genéticas que favorecen el autismo y la esquizofrenia.
Según informa en su último número la revista 'American Journal of Human Genetics', el análisis de unos 400 genes que se activan en las células nerviosas de los pacientes con una de estas enfermedades ha determinado que existen muchas de las mutaciones que favorecen su aparición son nuevas.
Aunque este estudio no tiene implicaciones en la prevalencia o gravedad de estos trastornos, el autor del mismo, el doctor Guy Rouleau advierte de que sí servirá para definir su diagnóstico y evitar falsos positivos.
"El diagnóstico genético será posible, pero a través de estas mutaciones nuevas y no a partir de mutaciones heredadas, cuya presencia es muy pequeña", apunta Rouleau.
En la investigación han participado también miembros de las universidades estadounidenses de North Carolina y Stanford, la McGill University de Quebec (Canadá) y la Universidad París Descartes, y el objetivo es continuar identificando marcadores genéticos que ayuden a precisar el diagnóstico.