‘Años de vida ajustados por discapacidad de las personas con VIH/SIDA usuarias de drogas vía parenteral’, es el título de una investigación que se ha realizado por la Escuela Andaluza de Salud Pública, organismo dependiente de la Consejería de Salud, con el objetivo de determinar la asociación entre ser usuario de drogas vía parenteral o inyectables y el nivel de salud de personas con VIH/SIDA. Hasta la fecha varios estudios habían demostrado una tasa de mortalidad mayor en las personas con VIH usuarias de drogas inyectables, o como se denomina en la investigación UDVP (Usuarias de Drogas Vía Parenteral). Pero la investigación de la Escuela Andaluza de Salud Pública concluye que no se puede hablar de una mayor mortalidad, sino de unos años de vida con peor calidad.
Las investigadoras Clara Bermúdez e Isabel Ruiz son las autoras de este estudio que se ha publicado en la revista Trastornos Adictivos. Esta conclusión se consigue gracias al estudio de un tipo de medida más novedoso y preciso en Salud Pública conocido como Años de Vida Ajustados por Discapacidad (AVAD). El término se refiere a los futuros años de vida libres de incapacidad, que se pierden o se ganan a causa de muerte prematura o de la incapacidad. Una medida que aporta mayor información ya que considera no solo que los pacientes vivan más, sino que vivan mejor o peor. Por tanto, resulta más apropiada que la mortalidad o la supervivencia para estudiar el impacto global de esta enfermedad y aporta mayor información.
El trabajo realizado por la Escuela Andaluza de Salud Pública es, además, el único estudio encontrado en España que utiliza los Años de Vida Ajustados por Discapacidad como medida de resultado de salud de las personas usuarias de drogas vía parenteral con SIDA.
-Detalles de la investigación
El trabajo realizado por la Escuela Andaluza de Salud Pública cuenta con la virtud de utilizar un amplio periodo de tiempo (21 años) y una exhaustiva base de datos de todos los casos diagnosticados en Andalucía. En concreto se estudiaron los casos de 8800 personas del registro de SIDA de Andalucía entre 1983-2004.
De los sujetos incluidos en el estudio, 7.375 eran hombres (83,8%). Un 60,9% de los sujetos fallecieron durante el periodo de estudio, un 51,4% de las mujeres y un 62,7 % de los hombres. La forma de contagio de VIH más frecuente fue ser usuario o usuaria de droga vía parenteral. El término parenteral hace referencia a la vía de administración de los fármacos o drogas en la que se atraviesa una o más capas de la piel. Cuando hablamos de vía parenteral en el consumo de sustancias, nos referimos a drogas inyectables.
Tanto en los hombres como en las mujeres la vía de contagio más frecuente fue ser usuario de este tipo de drogas (74,0% para los hombres y 56,3% para las mujeres). En cuanto a la provincia de origen de las personas con VIH/SIDA, la que presentó menos casos en Andalucía fue Jaén (444), seguida por Huelva y Almería, con 511 y 600 casos respectivamente. Por contra, las que presentaron más casos fueron Cádiz (1.541), Sevilla (1.713) y Málaga (1.511).
De cada uno de ellos se analizaron como variables dependientes los Años de Vida Perdidos (AVP), los Años de Vida con Discapacidad (AVD), los Años de Vida Ajustados por Discapacidad (AVAD) y el estado vital. Además se estudiaron otra variables (independientes) como el sexo, la edad al diagnóstico, la edad al morir, la categoría de transmisión y el periodo de diagnóstico.
-Importancia de los Años de Vida Ajustados por Discapacidad
La utilización de los Años de Vida Ajustados por Discapacidad como resultado final del nivel de salud, en lugar de la mortalidad, proporciona datos importantes para la planificación sanitaria y el establecimiento de políticas, máxime en patologías como el VIH/SIDA, donde las nuevas terapias han permitido que la enfermedad sea considerada como crónica, dado que su es duración larga, hay muchas oportunidades para la prevención y requieren un acercamiento a largo plazo y sistemático al tratamiento
Los Años de Vida Ajustados por Discapacidad han sido utilizados por parte de la OMS como su indicador principal para medir el avance o retroceso en la salud de las poblaciones y compararlas entre si, desde el 2002. Han sido calculados además para diferentes países como Estados Unidos (McKenna 2005, Michaud 2006), Australia (Begg 2008), Holanda (Melse 2000), Reino Unido, Serbia (Jankovic 2007), para regiones como áreas inglesas (Bowie 1997), Los Angeles en estados Unidos (Kominski 2002) y para áreas más pequeñas como 2 municipios de Londres (Dodhia 2008), un cantón Suizo (Schoopper 2000). Es destacable la utilización para la planificación de recursos y justificación del gasto en I+D del NIH en Reino Unido, a través de su informe bianual.