Un estudio publicado en el último número de la revista "American Journal of Psychiatry" muestra que no se han producido variaciones en la discriminación y prejuicios en EEUU hacia la población con enfermedades mentales graves o con problemas de drogadicción pese a las evidencias neurobiológicas que se han puesto en conocimiento de la sociedad.
Los investigadores sugieren que la reducción del estigma se centre en el individuo más que en la patología y enfatice las habilidades y competencias de los pacientes. De este modo, los grupos cívicos ya establecidos podrían ser muy efectivos en hacer que la población entienda la necesidad de inclusión y la importancia de aumentar la dignidad y los derechos de los pacientes.