Mayor riesgo cardiovascular y ahora también más probabilidades de demencia. Según un estudio publicado en 'Neurology', las personas con diabetes son dos veces más propensas al deterioro cognitivo que aquellas que tienen niveles normales de azúcar.
Entre los estudios realizados hasta la fecha, algunos confirman la diabetes como un factor de riesgo independiente de cualquier tipo de demencia, otros sólo encuentran asociación con la enfermedad de Alzheimer y otros no confirman ninguna relación. Con el objetivo de resolver esta disparidad de resultados, señalan los autores de la actual investigación, "hemos realizado un análisis prospectivo con un total de 1.017 japoneses (a partir de los 60 años) durante 15 años (de 1988 a 2003)".
Se sometieron a pruebas de tolerancia a la glucosa para determinar si tenían diabetes y además, en el transcurso del estudio, también fueron monitorizados para evaluar su función cognitiva a través de técnicas de neuroimagen.
"El desarrollo de este tipo de estudios tan largos resulta muy difícil de hacer. Se trata de un buen trabajo que refuerza la hipótesis que vincula la intolerancia a la glucosa con el deterioro cognitivo", señala Ambrosio Miralles, jefe de sección de Neurología del Hospital Infanta Sofía de Madrid. Una de las pocas limitaciones que tiene, añade, es que las clasificaciones que utilizan para diagnosticar la demencia y la diabetes son de hace más de 20 años.
En total, 232 pacientes desarrollaron demencia (105 con Alzheimer, 65 con demencia vascular y 62 con otros tipos de demencia). Según las conclusiones de esta investigación, los individuos con diabetes tenían un riesgo casi del doble de sufrir deterioro cognitivo en los siguientes 15 años.
Los investigadores también valoraron la influencia que podían tener otros factores de riesgo, como la hipertensión, el colesterol, el índice de masa corporal, la actividad física, el tabaco o el consumo de alcohol, pero los resultados continuaron en la misma línea. "Las probabilidades de demencia seguían siendo más altas para las personas con diabetes y también para aquellas que no tenían esta enfermedad, pero sí un estado inicial de intolerancia a la glucosa".
La razón, tal y como explican los expertos, basándose en estudios previos, estriba en que "las personas con diabetes tienen alta cantidad de un tipo de toxinas que favorecen la formación de placas amiloide y ovillos característicos del Alzheimer". Otra de las hipótesis, apunta el neurólogo español, es que altos niveles de azúcar pueden producir daños vasculares responsables de la demencia vascular.
La asociación entre este último tipo de deterioro cognitivo y la diabetes se mostró más débil en este estudio, "puede deberse a los pocos casos que observamos de demencia vascular". En cualquier caso, añaden los autores, aunque queda claro su papel como factor independiente, "la diabetes, a través de otros desencadenantes como la hipertensión, sí que incrementa las probabilidades de esta alteración".
-Factor de riesgo modificable
Este hallazgo "subraya la necesidad de considerar la diabetes como un factor de riesgo independiente para todos los tipos de demencia y, probablemente también de la vascular", asegura el principal autor de la investigación, Yutaka Kiyohara, de la Universidad de Kyushu (Fukuoka, Japón). "Se trata de una alteración muy común que afecta cada vez a más personas".
Según la Encuesta Europea sobre Calidad de Vida de estos pacientes -presentada en el Congreso Europeo de Diabetes que se celebra estos días en Lisboa (Portugal)-, hasta un 40% de los afectados no tiene controlada su enfermedad.
"Están tratados, pero no controlados", explica Olga González, médico adjunto del servicio de Endocrinología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, que participa estos días en dicho congreso. "Bien por un cambio de tratamiento, a la hora de subir las dosis, por un mal cumplimiento de la dieta o la medicación o por la inercia de muchos médicos que a veces tardan varios años (una media de 2,3) en cambiar de fármaco".
Dado el riesgo cardiovascular que entraña y las probabilidades de demencia que conlleva, aseveran los investigadores japoneses, controlar la diabetes es ahora más importante que nunca.
**publicado en "EL MUNDO"