Las mujeres que padecen obesidad durante el embarazo tienen un 60% más de posibilidades de tener un hijo con autismo que aquellas madres con peso normal, según ha concluido un estudio publicado este lunes en la revista Pediatrics. Esta enfermedad afecta en Estados Unidos a uno de cada 88 niños, según datos hechos públicos el pasado mes de marzo por el Centro de Prevención de Enfermedades del Gobierno norteamericano (CDC, en sus siglas en inglés).
Los trastornos relacionados con el autismo van acompañados de deficiencias en la interacción social y, en la mayoría de los casos, se presentan conductas estereotipadas y repetitivas en los pacientes. Durante la investigación se estudió a más de mil niños de edades comprendidas entre los dos y los cinco años, 700 de los cuales padecían autismo. La investigación fue complementada con los historiales clínicos de sus madres.
Si la obesidad aumenta, el promedio de casos de autismo en EE UU podría llegar a un niño de cada 53 La mayoría de científicos que estudian este tipo de trastornos aseguran que no existe solo una causa para padecerlos. Algunos estudios sugieren que tienen un origen genético y otros dicen justo lo contrario. Los niños de padres mayores, aquellos que han nacido de forma prematura o con bajo peso y el consumo de drogas durante el embarazo pueden ser factores de riesgo para estos trastornos.
A pesar de que el estudio no habla claramente de una relación causa-efecto entre la obesidad y tener un niño autista, sí que señala que al ser tan alta la prevalencia de esta enfermedad en EE UU -un 34% de las mujeres en edad fértil la sufren, según CDC- es un factor de riesgo a tener en cuenta.
“La obesidad es una variable importante a vigilar en el desarrollo de este tipo de enfermedades y el efecto que puede tener en la salud pública de este país. Si los enfermos de obesidad aumentan, el promedio de casos de autismo en EE UU podría llegar a un niño de cada 53”, resalta el informe.
Una de las teorías propuestas por los autores es que esta enfermedad está relacionada con los altos niveles de azúcar en sangre, circunstancia que puede dañar al feto. Aunque señalan que se necesitan más estudios para confirmar los resultados y concluir que existe una relación directa entre la obesidad y el autismo. Este es el primer estudio que vincula estas dos variables. Investigaciones anteriores habían relacionado la obesidad con el embarazo en cuanto a muerte neonata, nacimientos prematuros y defectos congénitos.
**Publicado en "EL PAIS"