En la actualidad, para prevenir las enfermedades cardiovasculares se utiliza un cálculo del riesgo a partir de los factores de riesgo clásicos. Sin embargo, "la precisión de esta predicción es modesta, ya que el 85% de los eventos cardiovasculares ocurren en individuos clasificados de riesgo bajo e intermedio". En estos términos se ha expresado hoy el Dr. Jaume Marrugat, director del programa "Investigación en Procesos Inflamatorios y Cardiovasculares" y coordinador de la Red de Investigación Cardiovascular HERACLES (RETICS-ISCIII), en el marco del la 15ª reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión - Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA).
Los enormes avances tecnológicos, así como el Proyecto Genoma Humano y el proyecto Hap Map, han sido claves para la realización de los estudios globales de asociación del genoma, que permiten identificar polimorfismos de un solo nucleótido asociados con mayor riesgo de presentar enfermedades complejas como la cardiovascular. En esta línea, un grupo de científicos españoles ha logrado, por primera vez, incorporar la genética al estudio, más preciso y específico, del riesgo cardiovascular, integrándola con la clínica y los hábitos de vida del paciente.
Concretamente, el desarrollo de esta herramienta es fruto del esfuerzo conjunto de los doctores Roberto Elosua y Jaume Marrugat, del Institut Municipal d'Investigació Mèdica (IMIM, Barcelona), del Dr. José María Ordovás, de la Universidad de Tufts (EE.UU), del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO, Madrid) y de las compañías biotecnológicas Gendiag y Ferrer inCode.
Los doctores Marrugat y Elosua han presentado hoy, durante esta reunión científica, resultados muy alentadores del estudio de casos y controles llevados a cabo con más de 7.000 muestras provenientes del Wellcome Trust Case Control Consortium (WTCCC).
El Dr. Elosua, coordinador del "Grupo de Epidemiología y Genética Cardiovascular" del Institut Municipal d'Investigació Mèdica (IMIM, Barcelona), ha destacado que los resultados expuestos en la sesión interactiva del día de hoy, muestran una gran utilidad para reclasificar los pacientes de riesgo intermedio. De esta manera —subrayó— podremos identificar en dicho grupo a aquellos que presentan un riesgo cardiovascular mayor, por tener una predisposición genética.
El conocimiento anticipado de dicha información puede ayudar a la adopción de medidas higiénico-dietéticas y terapéuticas en aquellos casos con un perfil genético más desfavorable, con el fin de minimizar el riesgo de eventos cardiovasculares futuros.