El coordinador de la Unidad de Investigación Sanitaria del Hospital Alto Deba, Javier Mar, ha identificado tres métodos matemáticos para el cálculo de la prevalencia de la dependencia producida por el Ictus, aplicación extensible a otras enfermedades discapacitantes.
Su investigación, enmarcada en la de promoción de la investigación clínica que desarrolla la Fundación BIO (BIOEF) en el sistema sanitario vasco, es el resultado de un estudio financiado por el Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS) dependiente del Ministerio de Sanidad y el Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco que se ha desarrollado durante los años 2005 a 2009 con el objetivo de aplicar diferentes enfoques matemáticos al cálculo de la prevalencia de estados de salud caracterizados por necesidades específicas.
Tres artículos, divulgados en las publicaciones científicas Medical Decision Making, Neuroepidemiology y Value in Health entre 2008 y 2009, recogen los tres métodos matemáticos para la medición de la carga que suponen las enfermedades que generan discapacidad, como el Alzheimer, la Esclerosis Múltiple y el Accidente Cerebro Vascular (ACV) o Ictus, todas ellas neurológicas.
--Premio al mejor artículo de epidemiología
El estudio publicado en la revista Neuroepidemiology recibió el accésit de los premios a los mejores artículos de epidemiología publicado por autores españoles en el 2008 y otorgados por la Sociedad Española de Epidemiología.
El cálculo ha requerido la adaptación de las herramientas que habitualmente se emplean para calcular la incidencia de una afección –el número de casos que se dan durante un año en una población– con el fin de medir la prevalencia de esa enfermedad, esto es, el número de individuos con una característica discapacitante en dicho conjunto poblacional.
Para determinar cuántos sujetos con discapacidad generada por Ictus hay en la población del País Vasco y España, de acuerdo con los estudios realizados por Mar, han sido empleados los modelos de Márkov, las ecuaciones diferenciales y la simulación de eventos discretos, siendo éste último el mecanismo que el investigador considera de mayor utilidad.
Los tres modelos probados para calcular la prevalencia del Ictus tienen como finalidad precisar los recursos necesarios para atender a las personas discapacitadas en una población.
"Tradicionalmente la sociedad y la medicina se han preocupado de las enfermedades que crean mortalidad, prácticamente las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, a las que se han destinado la mayor parte de los recursos", explica Mar, "pero con el cambio demográfico empezamos a tener enfermedades cuyo impacto en la sociedad no se traduce sólo en términos de mortalidad y esperanza de vida, sino también en términos de discapacidad y calidad de vida".
--Carencia de herramientas
En este sentido, señala que ese envejecimiento de la sociedad no ha venido acompañado de un reconocimiento por parte de la medicina y la sociedad en general. "Uno de los aspectos que denota la insuficiencia de ese reconocimiento es la falta de herramientas y métodos para poder medir el impacto que tiene la discapacidad en la población", indica.
Por ello, tras considerar que la carga que supone una enfermedad en una población es "una herramienta de planificación importante", el investigador guipuzcoano apuntala la necesidad de un cambio en la gestión de las enfermedades discapacitantes como el Ictus, que en el 25% de los casos resulta recurrente.
Estas herramientas, concretamente el modelo de simulación con eventos discretos, han sido aplicadas a la trombolisis, tratamiento que "aunque no modifica la mortalidad por el Ictus disminuye la discapacidad", para apreciar la modificación de la salud de los pacientes españoles con Ictus en función del seguimiento o no de este procedimiento.
Así, Mar ha comprobado que el impacto presupuestario de utilizar este tratamiento y el ahorro que supone la disminución de pacientes con discapacidad compensa en cinco años el gasto que implica la trombolisis, procedimiento al que en los últimos años se ha sometido "en torno al 5% de los pacientes con Ictus frente al 1% de hace seis años".
De acuerdo con las cifras difundidas por el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la Sociedad Española de Neurología (SEN), en España se producen cerca de 80.000 Ictus anuales que cada año suponen para el Sistema Nacional de Salud (SNS) un gasto en hospitalización de 720 millones de euros. La incidencia de esta enfermedad discapacitante es de 155 casos por 100.000 habitantes, afectando en un 75% de los casos a personas mayores de 65 años.