Un médico ejemplar

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Anoche me escribió desde Argentina un médico, Carlos A. M., que cuenta con más de 30 años de experiencia en el sistema santario de su país. Médico psiquiatra y desde hace 12 años, homeópata, me envió un enlace interesante. Es la historia cotidiana de decepción y sentimiento de derrota de otro médico, esta vez español. No le conocía, y sigo sin conocerle, pese a lo cerca que lo tengo. Cerca en el sentido físico del término, cerca porque internet nos junta un poquito a todos en la distancia y cerca porque buena parte de mis ideas son las suyas. Me refiero a  Salvador Casado, que hasta ayer era el director de uno de los centros de salud de Collado Villalba, en la sierra madrileña, y que ha presentado su dimisión. Su carta, publicada en el blog del autor, es un compendio de honestidad y compromiso socal; un ejemplo en días de pan y circo para todos, por las buenas o por las malas, por ello se la resumo:

Hoy he presentado mi dimisión como director del centro de salud de Collado Villalba. Les comparto mis razones:

1. Por no estar de acuerdo con la gestión de la Atención Primaria de la Comunidad de Madrid. Con centros de salud cada vez más sobrecargados, deteriorados y poco valorados por la Consejería de Sanidad.

2. Por no estar de acuerdo con que los pediatras de mi centro tengan 1.600 niños cada uno y los médicos de familia más de 2.000 pacientes, con altas presiones asistenciales (cuando en otras comunidades como la Rioja tienen 1.500 de máximo o en otras zonas de Madrid 1.400). No es justo ni para los profesionales sanitarios ni para los ciudadanos.

4. Por que es imposible atender a 2.226 pacientes (según mi nómina de marzo) y a la vez dirigir un equipo de más de 40 personas, responder las reclamaciones que se presentan en el centro, acudir a una reunión cada dos semanas (en ocasiones a 50 km), resolver cuestiones administrativas del centro, solucionar la gestión de personal, las ausencias, los repartos, doblajes… y otras muchas cuestiones.

Siento que he fracasado en mi intento de coordinar a un grupo de profesionales y crear equipo, pero en la actual coyuntura me temo que no ha sido posible hacerlo mejor. Al mismo tiempo agradezco la simpatía y la confianza de mis compañeros que me han apoyado en estos tres años. Lo mejor de la Atención Primaria siguen siendo los compañeros de asistencia que, codo con codo, tratan de dar lo mejor de sí mismos cada dia.