Un menage a trois histórico causó una victoria, un fatal destino y un film.

Por Artepoesia



La belleza de una mujer pocas veces ha causado una historia tan increíble, fascinante y trascendente como la de Emma Lyon (1761-1815), nacida en el condado de Cheshire, Inglaterra. Huérfana de padre, su madre vio obligada a ponerse a servir hasta que ambas se trasladaron a Londres, donde Emma consiguió entrar al servicio del famoso compositor Thomas Linley. Más tarde trabajó en una posada, donde una tarde el entonces teniente de la Marina británica John Willet Payne (1752-1803) se enamoró de ella, convirtiéndola así en su amante. El oficial de la Marina se preocupó de educarla y más tarde ella quedó embarazada a los diecisiete años. Una situación económica difícil obligó a Payne a solicitar ayuda a su amigo Sir Harry Featherstonehangh, quien a cambio obtuvo a Emma como amante.
Con Sir Harry accedió a la alta sociedad londinense, pasando a vivir en el castillo de Up-Park, y conociendo a personajes y artistas importantes, como al pintor George Romney (1734-1802), que la inmortalizó en los famosos cuadros de escenas mitológicas donde la retrató. Aquí llegó a conocer a Charles Greville, miembro del Parlamento británico, quien también la tomó como amante instalándola en la residencia que tenía en Edgeware Row. Greville se comprometió más tarde con una rica heredera y no tuvo más remedio que dejar a Emma, para lo cual le pidió a su tio William Hamilton, rico viudo y cónsul británico en Nápoles, que acogiera a Emma. Sir William Hamilton (1730-1803) invitó a Emma unos meses a Nápoles, donde al final ella acabó convirtiéndose en su amante. La fascinación que causó Emma en William fue tanta que éste, con 61 años y aficionado a la belleza y a las antigüedades, fue el único que llegó a proponerle matrimonio. Ella, encantada, aceptó y paso a ser Lady Hamilton en 1791.
Por aquellos años finales del siglo XVIII Francia era una República beligerante en Europa que hacia temblar a las monarquías no muy fuertes. Nápoles era una reino independiente pero perteneciente a la Casa de Borbón española. Su rey, Fernando I de Nápoles, era el tercer hijo del rey Carlos III de España. Su pequeño reino estaba amenazado por la Francia revolucionaria, y es por lo que Nápoles participó en la Primera Coalición (1793-1797) contra el Directorio francés. Inglaterra y su flota se encargaron de controlar el Mediterráneo apoyando a sus aliados frente a Francia, y el Almirantazgo británico envió a Nelson a Nápoles. Allí, el consul inglés y su encantadora esposa tuvieron que agasajar al vicealmirante de la real Marina británica Horatio Nelson (1758-1805), el cual quedó muy impresionado por la belleza de Lady Hamilton.
Cinco años después volvió Nelson a visitar a Emma en Nápoles y la fama del marino, después de la Batalla del Nilo, le hizo a él igual de fascinante. Tanto que el propio Sir William Hamilton le acogió y vio con buenos ojos los cuidados que su esposa mostraba por las heridas de Nelson. Toleró la relación que su esposa comenzaba a tener con el vicealmirante, hasta tal punto que viajaron los tres juntos a Inglaterra por Europa. Lady Hamilton quedó embarazada de Nelson y las habladurías se hicieron demasiado públicas, por lo que el Almirantazgo envió de nuevo a Nelson al mar para apartarlo de Emma Hamilton.
En 1803 falleció Sir William, y Nelson regresó al mar para no volver a Inglaterra sino en un barril de coñac, donde se conservó su cadáver después de la famosa Batalla de Trafalgar en 1805. Emma Hamilton malgastó la poca fortuna que le dejara Sir William y, a pesar de las instrucciones de Nelson para con Lady Hamilton y su hija Horacia tenida con ella, el gobierno británico no le ayudó dejándola así en manos de los crueles acreedores. Por ello estuvo incluso en prisión con su hija y, al final, se vio obligada a huir a Francia donde acabó sus dias, abandonada, pobre, alcohólica y enferma, en la ciudad francesa de Calais.
En 1941 la productora británica de Alexander Korda realizó la película That Hamilton Women (Lady Hamilton), donde la ya famosa Vivien Leigh (1913-1967)  interpretó a Emma y su marido, el gran Laurence Olivier (1907-1989), al vicealmirante Nelson. Sólo obtuvo un oscar la película, y fue por la excelente música que el compositor húngaro Miklós Rósza (1907-1995) creara para la cinta. Se llegó a decir que fue la película favorita del primer ministro Winston Churchill, el cual presumía de haberla visto cientos de veces.
(Fotografía de la actriz británica Vivien Leigh; Cuadros del pintor George Romney de retratos de Lady Hamilton; Cuadro del vicealmirante Horatio Nelson; Cuadro de Lady Nelson, esposa de Horatio; Cuadro de Sir William Hamilton; Grabado humorístico donde aparece William Hamilton, aficionado a las antigüedades, y en los cuadros en la pared su esposa -como Cleopatra- y Nelson -como Marco Antonio-, y los oportunos cuernos...; Montaje donde Vivien Leigh posa como su personaje Lady Hamilton en un cuadro de Romney.) 
Vídeo de la Película Lady Hamilton (That Hamilton Woman), de 1941