Imagine la escena. Un paciente con cáncer se somete a una sencilla biopsia con una aguja por aspiración fina. El oncólogo introduce el tejido que ha obtenido en una especie de chip portátil y, en una hora, el dispositivo arroja cierta información sobre el tumor, que va a guiar a partir de entonces las opciones de tratamiento.
La imagen corresponde todavía a un futuro lejano, pero no es del todo ciencia ficción. Un grupo de investigadores estadounidenses, liderados por Ralph Weissleder (de la Universidad de Harvard, EEUU), acaba de presentar en las páginas de la revista 'Science Translational Medicine' un nuevo chip, incorporado a un teléfono de nueva generación, que se parece mucho al de la escena futurista.
De momento lo han probado sólo en 50 pacientes que se estaban tratando en Hospital General de Massachusetts, y cuyo diagnóstico ya había sido confirmado por las técnicas tradicionales (biopsias, pruebas de imagen y otros datos clínicos). Como ellos mismos explican, hasta la fecha, analizar las células tumorales por técnicas como la inmunohistoquímica requiere cierta cantidad de tejido en buen estado, lo que limita el número de marcadores que se pueden observar con cada muestra, o bien obliga a rebiopsiar al paciente en ocasiones.
El nuevo microchip portátil es fruto de la colaboración de Weissleder con varios investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts. El aparato emplea nanopartículas magnéticas como sensores para medir la concentración de ciertas proteínas tumorales. Esa información llega directamente al oncólogo a través de un teléfono móvil inteligente que le permite obtener los resultados en apenas una hora.
Aunque como explica Ramón Campos, de la Unidad de Resonancia Magnética Nuclear del CNIO, "lo del iPhone es lo de menos, el gancho". A su juicio, se trata de un primer paso muy prometedor hacia la posibilidad de tener algún día algo así como "un patólogo en el bolsillo". Una idea en la que coincide Fernando López-Ríos, del Laboratorio de Dianas Terapéuticas del Hospital Sanchinarro de Madrid: "Lo más interesante es la capacidad para utilizar y combinar tecnologías aparentemente dispares para obtener resultados".
-Proteínas clave
La biopsia por aspiración, explican los autores del trabajo, contiene suficientes células tumorales para que el sistema pueda rastrear en busca de hasta nueve proteínas clave en el diagnóstico oncológico (EGFR, HER2 o p53, entre otras) y arrojar resultados con una precisión incluso superior a la que se obtiene hoy por hoy con las tradicionales técnicas de inmunohistoquímica.
"Por ahora hemos empleado marcadores de cáncer muy globales, pero en el futuro podría adecuarse la prueba a distintos tipos de cáncer, con marcadores más específicos", explica a ELMUNDO.es otro de los firmantes, el doctor César Castro. De hecho, explica, su grupo ya está trabajando para mejorar las aplicaciones del chip y validarlo en muestras más amplias de pacientes, aunque asegura que podría estar disponible a gran escala por un precio de "sólo unos 200 dólares".
Este equipo multidisciplinar también tiene planeado realizar ensayos similares con marcadores propios de los tumores hematológicos, como la leucemia o el linfoma, de manera que se pudiesen obtener los resultados sólo con una pequeña muestra de sangre. Aunque esto, de momento, pertenece a un futuro más lejano.
**Publicado en "El Mundo"