En él destaca su estilo nórdico con toques vintage, en el que las paredes cobran protagonismo gracias a los acabados, muro de ladrillo visto en el salón y un precioso papel pintado en el pequeño dormitorio que tan sólo cuenta con una cama, por supuesto el color elegido es el blanco, perfecto para aumentar el espacio y crear una atmósfera limpia y que transmite paz.
Ya sabéis lo que me gusta el ladrillo visto, en este caso es una opción perfecta para separar ambientes, diferenciando cocina y comedor de sala de estar.
Me encanta el estilo retro de este papel pintado, me recuerda a los típicos azulejos portugueses y la mezcla de diferentes tonos de azul no puede ser más acertada.
Otra idea genial y a la que recurrir cuando nos encontramos con espacios pequeños es el uso de espejos, en esta vivienda podemos encontrar varios, ya que nos "agrandan" el espacio visualmente.
Un espacio muy bien aprovechado, no os parece?
FELIZ FINDE!!:)