Un nuevo estudio revela la importancia de los trastornos gastrointestinales en pacientes con Enfermedad de Parkinson

Por Fat
Los resultados de un estudio de cohorte retrospectiva revelan que hasta el 75% de los pacientes con Enfermedad de Parkinson (EP) desarrollan trastornos gastrointestinales que pueden desencadenar importantes acontecimientos adversos en la Enfermedad de Parkinson y consecuencias en el gasto sanitario. Estos resultados acaban de ser presentados en el XIV Congreso Internacional de Enfermedad de Parkinson y Trastornos del Movimiento de Buenos Aires, celebrado recientemente en la capital argentina.
“Este estudio de cohorte retrospectivo sugiere que hay una alta prevalencia de trastornos gastrointestinales en pacientes con Enfermedad de Parkinson, que aumenta con el paso de los años y que afecta de manera relevante a los resultados clínicos y económicos”, comenta Florent Richy, responsable del área de Epidemiología de UCB y profesor adjunto de Epidemiología de la Universidad de Liège, Bélgica. “Los trastornos gastrointestinales pueden impedir o dificultar la acción de los fármacos para el tratamiento del Párkinson y estos resultados nos ayudan a comprender mejor la prevalencia y las consecuencias de este trastorno entre los pacientes diagnosticados de Enfermedad de Parkinson”, continúa.
El estudio ha logrado revelar una relación entre los trastornos gastrointestinales de los pacientes con Parkinson con ratios significativamente superiores de desórdenes neuropsiquiátricos y motores, así como un incremento de los ingresos en Urgencias, el número de fármacos concomitantes y los costes sanitarios no derivados de la Enfermedad de Parkinson.
--Sobre el estudio
Estos nuevos hallazgos proceden de un estudio combinado de cohorte, retrospectivo a dos años, realizado sobre una base de datos de pacientes de Estados Unidos (Pharmetrics®)* que incluye información demográfica y de diagnóstico, procedimiento y prescripción. Los pacientes seleccionados tenían al menos dos diagnósticos previos de Parkinson y prescripción continua de levodopa o agonistas dopaminérgicos, entre el 1 de septiembre de 2005 y el 1 de septiembre de 2006. A lo largo de un periodo de dos años, se observaron cuáles eran los resultados en la salud de los pacientes y los patrones de utilización de los recursos sanitarios. Los resultados se han definido en base a una revisión de la literatura e incluyen disfunciones neuropsiquiátricas, motoras y urogenitales, la utilización de los recursos sanitarios y costes relacionados.
En el estudio, un total de 485 pacientes con Enfermedad de Parkinson y trastornos gastrointestinales (TGI) fueron emparejados con 485 pacientes con EP sin TGI. En el análisis intermedio, la incidencia de trastornos gastrointestinales entre los pacientes con Parkinson sin historia de TGI aumentó con el tiempo, estabilizándose en el 75% a los 92 meses. Además, los TGI se asociaron con unos ratios significativamente superiores de desórdenes neuropsiquiátricos y motores, como disfunción psicosexual (RR=8, p=0.05), ansiedad (RR=1.61, p<0.01), depresión (RR=1.28, p=0.03), ataxia (RR=1.24, p=0.03), dolor (RR=1.29, p<0.01), trastornos del movimiento (RR=1.39, p=0.02), incontinencia urinaria (RR=1.43, p=0.01) y riesgo de caídas (RR=1.44, p=0.03). Durante el periodo de observación, también aumentaron los ingresos en los servicios de Urgencias (ratio =1.42, p<0.01), el número de fármacos concomitantes (ratio=1.06, p=0.04) y los costes sanitarios derivados o no de la Enfermedad de Parkinson (ratios =1.13 y 1.12, p<0.01 respectivamente) en los pacientes con trastornos de movimiento.
*Este estudio se ha realizado gracias a la licencia IMS Pharmetrics® datacut.