El nombre viene del latín Cerealis, que deriva de Ceres, la dios de la tierra y los cereales. Su origen fue sin querer, casi junto con el origen del pan. Dejaban remojando los granos de cebada y se dieron cuenta que fermentaban solos. Entonces empezaron a hacerlo una bebida, principalmente en el norte de Europa (Alemania, Bélgica) porque el frío impedía la cosecha de uva para el vino.
Los granos de cebada generan sus propias enzimas que transforman el almidón en azúcares fermentables. Los granos se tienen que dejar remojando para que germinen, entonces se muelen con otros granos no fermentados, se le agrega lúpulo (una planta) y de deja reposar. Así, los granos pueden alcanzar niveles desde 1 a 6% de alcohol.
El tiempo de reposo y el tipo de grano depende de la bebida que se va a hacer. Por ejemplo, para la cerveza tenemos la Lager, que se deja reposando de 2 a 6 meses. De hecho su nombre viene del alemán lagern que quiere decir “guardar”. También están la Ale y la Lambic. La cerveza Ale no tiene que reposar, la cerveza Lambic se hace de cebada y trigo.
Otras variedades de bebidas alcohólicas hechas a base de cereales son el sake (hecho a partir de granos de arroz), la cerveza en África (hecha de sorgo y mijo), el tesgüino en el norte de México (con base de maíz), y la chicha en sudamérica (de maíz también).
Las cervezas light o sin alcohol son generalmente Lager, y tienen que tener menos del 0.5% de alcohol por porción. Las bajas en alcohol tienen que tener menos de 1.2% de alcohol. La “ventaja” calórica es que le bajan el contenido de cereales, por ende el resultado es menos carbohidratos y menos alcohol, digamos que es como diluida en agua.
Un vaso de 250 ml de cerveza regular tiene aproximadamente 150 kcal con 13 gr de carbohidratos, uno igual de cerveza light tiene aproximadamente 103 kcal con 6 gr de carbohidratos. No cometan el error de pensar que es light y se pueden tomar todas las que quieran, también vienen otros asuntos cuando tomamos kcal de alcohol, no todo es cantidad.