Un Profeta es una película conmovedora, muy pegada a la realidad y que captura el ambiente de las prisiones y su multiculturalidad actual en todas sus dimensiones. Alejada de cualquier atisbo de romanticismo, cuenta la historia de un joven colocado en el lado equivocado de la sociedad. Una representación de la violencia de un casi niño atrapado en el inframundo francés que aterriza entre las paredes de una prisión de tantas, hay que suponer que a fin de ser rehabilitado. Malik El Djebena (gran parte del mérito lo sustenta el fenomenal trabajo interpretativo del desconocido Tahar Rahim), diecinueve años, es un joven franco-árabe que es encarcelado siendo menor por agredir a un policía y, como ratón atrapado en la ratonera, se esfuerza por evitar cuanto le rodea y simplemente sobrevivir al día a día que la fortuna ha tenido a bien otorgarle. Por poco tiempo, porque una vez arrastrado al mortal juego de mata o te mataremos por quien tiene algo más que el control de cuanto sucede entre las paredes de la cárcel (una especie de padrino de la mafia corsa), da comienzo para Malik la tarea de sobrevivir como criminal entre criminales endurecidos por el propio sistema carcelario.
A medio camino entre el cine social y el cinéma vérité, definitivamente Un Prohète no es una película de Hollywood, a pesar de que la acción y el drama son los pilares en el los que se asienta la historia. Nada que ver con un documental, pero a la vez un retrato sociológico del día a día de una prisión francesa hoy, trasladable a muchos otros países, tanto en términos de cómo afecta a la vida de los presos como a las estructuras que la dotan de comunidad con poder e influencia en el exterior. Las tomas aéreas del patio de la cárcel resultan significativas por su mezcla de momentos de tensión y silencios, de juego y tiempo muerto en el que se forman constantemente grupos y alianzas que se hacen y se deshacen. Malik se erige entonces como una especie de profeta penal, cuyo milagro consiste en sobrevivir al microcosmos gracias a su inteligencia y habilidad para mantenerse vivo. Además de recibir educación, aprende a manipular los tercios en los que se mueve: la mafia corsa que dirige el destino de algo más que los prisioneros y los musulmanes a los que está vinculado por derecho de nacimiento. El escenario, la cárcel no es sino el medio que Audiard utiliza para sugerir la realidad de todos aquellos que no pueden escapar de un tipo particular de sociedad. Cada cual que aguante su vela.
Cine francés