La primera planta que compré para mi casa fue hace tres años y tengo que decir que todavía sigue viva. Era la primera vez que me encargaba de cuidar una desde mi época del colegio, cuando todos los niños teníamos que llevar una maceta al cole y cuidarla. Hasta entonces no sabía las ventajas que tienen y no me refiero solo a la hora de decorar de la casa, ver como crecen, como les salen tallos nuevos y se descapullan las flores, es una sensación agradable y que no sé muy bien como describir, algo así como una especie de hijo que no te da mimitos pero al que le tienes un cariño especial.
Todas las temporadas me compro alguna planta nueva porque no todas sobreviven y con la llegada de septiembre me apetecía tener una nueva inquilina en casa y así de paso redecorar uno de los rincones preferidos de mi casa.
No sé exactamente qué planta es, pero el chico del puesto del mercadillo donde la compré me dijo que había que regarla una vez al mes, así que que no me tengo que preocupar mucho de ella.