Durante los últimos siete años, investigadores de la Universidad de California en San Diego y Dartmouth College han estado estudiando y probando el virus del mosaico del caupí, en forma de nanopartículas, como inmunoterapia contra el cáncer y han informado resultados prometedores en ratones de laboratorio y perros.
Las nanopartículas del virus del mosaico del caupí, que son infecciosas en las plantas pero no en los mamíferos, se inyectan directamente dentro de un tumor para servir como cebo para el sistema inmunitario. Las células inmunitarias del cuerpo reconocen las nanopartículas del virus como agentes extraños y se activan para atacar. Cuando las células inmunitarias ven que las nanopartículas del virus están dentro de un tumor, van tras las células cancerosas y no solo se ocupan de ese tumor, sino que también lanza una respuesta inmunitaria sistémica contra cualquier tumor metastásico y futuro.
Los investigadores lo han visto funcionar en modelos de ratón con melanoma, cáncer de ovario, cáncer de mama, cáncer de colon y glioma. También han tenido éxito usándolo para tratar pacientes caninos con melanoma, cáncer de mama y sarcoma.
Lo que también es interesante es que el virus del mosaico del caupí ha funcionado mejor para desencadenar una respuesta inmune contra el cáncer en comparación con otros virus de plantas o partículas similares a virus que los investigadores han estudiado.
Para obtener respuestas, los investigadores compararon el virus del mosaico del caupí con otros dos virus de plantas de la misma familia que tienen la misma forma y tamaño. Un virus, el virus del mosaico grave del caupí, comparte una secuencia de ARN y una composición de proteínas similares. El otro, el virus de la mancha anular del tabaco, es similar solo en estructura.
Los investigadores crearon inmunoterapias de nanopartículas basadas en virus de plantas y las inyectaron en los tumores de melanoma de ratones. Cada candidato a inmunoterapia se administró en tres dosis con siete días de diferencia. Los ratones que recibieron las nanopartículas del virus del mosaico del caupí tuvieron la tasa de supervivencia más alta y los tumores más pequeños, y el crecimiento del tumor se detuvo esencialmente cuatro días después de la segunda dosis.
Luego, los investigadores extrajeron células inmunitarias del bazo y los ganglios linfáticos de los ratones tratados y las analizaron, encontrando que todos los virus de las plantas tienen una cubierta de proteína que activa los receptores, llamados receptores tipo toll, que se encuentran en la superficie de las células inmunitarias. Pero lo que es único sobre el virus del mosaico del caupí es que activa un receptor similar al peaje adicional a través de su ARN. La activación de este receptor adicional desencadena más tipos de proteínas proinflamatorias llamadas citocinas, que ayudan a estimular la respuesta anticancerígena del sistema inmunitario. En otras palabras, desencadenar una respuesta inflamatoria más fuerte hace que el sistema inmunitario trabaje más para buscar y deshacerse de los tumores.
El análisis del equipo también encontró otra forma única en que el virus del mosaico del caupí aumenta la respuesta inmune. Cuatro días después de la segunda dosis, los investigadores midieron niveles altos de citoquinas. Y estos niveles se mantuvieron altos durante un largo período de tiempo.
Si bien esto arroja luz sobre la potencia y eficacia superiores del virus del mosaico del caupí, aún queda trabajo por hacer. Comprender el viaje detallado de esta partícula a través de la célula y cómo compararlo con otras partículas ayudará a determinar qué hace que el virus del mosaico del caupí sea excepcionalmente efectivo contra el cáncer.
Esta investigacion fue publicada en la revista Molecular Pharmaceutics.