La biblioteca consta de un misterioso y profundo agujero de aproximadamente un metro cuadrado cuyas paredes están hechas de libros. Un montón de volúmenes apilados unos sobre otros hacen que quienes miran hacia abajo a través del cristal que cubre el agujero tengan la sensación de estar mirando hacia el abismo. Los lomos de los libros están orientados de tal manera que los visitantes no puedan ver los títulos.
El proyecto se titula When my father died it felt like a whole library had burned down (“Cuando mi padre murió fue como si una biblioteca entera se hubiese quemado”), y con él la artista rinde homenaje a su padre fallecido y pretende retratar la sensación de pérdida y dolor causada por la muerte. El nombre del proyecto se basa en la letra de una canción de Laurie Anderson, World without end (“Mundo sin fin”).
Para Hesselberg, la escultura habla del conocimiento de la humanidad: “Para mi, los libros son símbolos para el conocimiento humano y la vida”, dice. “Cada libro una historia, un pequeño universo de tiempo, espacio y pensamientos entre sus dos cubiertas. Enterrarlos de esta manera podría ser como una excavación de la humanidad o como una tumba”.