Hola hola! Ya estamos de vuelta por aquí. Y lo hacemos con una boda que organizamos el pasado verano en La Garriga de Castelladral, un lugar mágico al que nos encanta volver siempre durante la temporada de bodas. ¿Recordáis la boda de Carol e Isaac? ¡Qué bonita es esta masía, amigas! ¡Y qué bien nos tratan siempre!
En esta ocasión volvimos para diseñar la boda de Mònica y Romà. La ceremonia se celebró en La Colegiata de Sant Vicenç de Cardona, una maravilla de espacio de una majestuosidad que se hace complicada de explicar con palabras. Para el diseño floral contamos con Mireia Abras que, como siempre, supo captar a la perfección la esencia de la boda. Ante un espacio tan grande como la Colegiata optamos por una decoración sobria y elegante con muchos verdes, con cascadas en las escaleras… y velas, ¡muchas velas! Mireia, dejaste la iglesia preciosa
Tras una emotiva ceremonia (con foto de grupo con un dron incluida) nos fuimos ya para La Garriga. Como amenazaba un poco de lluvia, decidimos que haríamos una parte del aperitivo al aire libre y la otra mitad a cubierto. Para el seating plan pudimos llevar a cabo una idea que teníamos muchas ganas de hacer desde hacía mil: un seating plan con minerales y piedras preciosas. Cada tipo de mineral ubicaba las mesas y sus integrantes, de modo que todos y cada uno de los invitados se llevaron este original recuerdo para sus casas. Para la decoración de las mesas utilizamos el mismo patrón. Enormes y preciosas geodas sirvieron como meseros que combinaban a la perfección con unos centros florales de tonalidades silvestres. Del mismo modo, cada marcasitio era una ágata caligrafiada con el nombre de cada invitado. ¿Os gusta la idea? Los minerales eran de Wilden Minerales y los invitados alucinaron con ellos.
Y nada más. Bueno sí, que las fotos de F2 Studio son un pasada y plasman a la perfección una boda inolvidable para todos. ¡Qué la disfrutéis!