(Mae West)
Yo también soy una buena chica con malos hábitos. Y este look low cost perfecto para lo que las madres llaman misteriosamente el entretiempo, da fe de ello.
Las chicas buenas son recatadas y obedecen las reglas de seducción de una geisha, las que marcan que jamás se mostrará un centímetro de piel más allá de la nuca. Las chicas malas se saltan las líneas rojas y dejan que vestidos y chaquetas se deslicen por la curva de su espalda.