Esta casa esta diseñada con espacios diáfanos, techos altos y paredes blancas. Una casa en el campo con espíritu de loft donde los protagonistas son los materiales nobles, paredes de piedra natural, baldosas en piedra pulida, hierro empleado en el mobiliario, puertas y molduras y principalmente pino recuperado y tratado.
Capitulo aparte merecen los textiles, gruesas cortinas en color berenjena que cubren los enormes ventanales juegan en la misma estancia con cuero en el mismo tono, blancos algodones y cuadros escoceses.
El mobiliario elegido es en su mayoria de procedencia vintage de los años 50, 60 y 70 y convive con piezas de artesanía, obras de arte y elementos de estilo industral creando una perfecta armonía.
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