Tal vez se trate de una familia más corta en número de lo que a ambos nos gustaría, ¡tan sólo un DOS!, para habitar una casa tan grande, que hemos decorado de nosotros mismos, con tanto esmero y mimo, durante tantos años...
Sin embargo, el hilo que nos permite permanecer conectados, es largo y resistente, y da cobertura a toda una carretera de curvas sinuosas, de la que circulando juntos siempre salimos bien parados.
Nos hemos dado cuenta de que unidos, corremos más deprisa y salvamos mejor los baches, nos hemos dado cuenta de que un DOS, solo un DOS puede ser más que suficiente si está lleno "El cajón de los instantes"
La vida, se compone de bocanadas de aire fresco que debemos esmerarnos en cultivar y que no hay que respirar con demasiada premura... ser previsores y aprovechar ese regalo, en forma de soplo renovado, para pintar nuestra existencia de vibrantes colores, puede resultar de lo más necesario.
Cuando algo que no nos gusta, llega a nuestras vidas sin avisar... hay que coger la mano de aquellos que están a nuestro lado, situarnos siempre de frente y correr, correr, correr, sin mirar atrás. Siempre con el objetivo en mente, de alcanzar una meta, que nunca sabemos donde está, cueste lo que cueste, y sin avanzar nunca del lado equivocado, ¡qué difícil es a veces!, pero es la única opción a tener presente.
Los pequeños detalles del día a día, los de un martes, cualquiera, una mañana, una tarde... son los que nos proporcionan la energía necesaria para afrontar esa carrera que todos tenemos por delante y respirar aliviados, felices, tristes o cansados...pero al fin y al cabo, respirar, por algo, para alguien o por nosotros mismos, que es lo que cuenta.
A veces me pregunto, si el DOS será mi número mágico PARA SIEMPRE...
¡FELIZ MIERCOLES PLAGADO DE INSTANTES!
Fuente: Cosas de Palmichula