Posted: 13 Nov 2015 02:01 AM PST
El proyecto ha sido desarrollado por Clysa en colaboración con el arquitecto Martí Font y una de sus claves está en la impresionante puerta corredera que sirve para separar la cocina abierta de la zona de acceso a la vivienda. La puerta funciona como nexo de unión entre la cocina y el resto de la casa, conectando visualmente su mesa con la del salón comedor y se puede cerrar y así se convierte en un tabique que la aísla de los demás ambientes.
En particular la cocina es estrecha y alargada pero muy luminosa, recibe abundante luz natural a través de dos amplios ventanales y una puerta acristalada que da acceso a un balcón exterior. Esta luminosidad se potencia con el blanco elegido como color principal en paredes, techo y muebles.
La cocina modelo LINE de Santos, las encimeras Blanco Zeus de Silestone y los taburetes de Ondarreta, con estructura y tapizado en blanco, refuerzan la sensación de amplitud y armonía que se persigue para el conjunto. El pavimento gris del suelo supone un interesante contrapunto al mobiliario, resaltando su luminosidad, y contribuyendo a definir el espacio de la cocina ya que, más allá de la puerta corredera, todo el suelo se recubre con madera.
En la isla se concentran las áreas de preparación y cocción, junto con varios espacios de almacenaje. Podemos destacar otros detalles como la campana empotrada a techo de Gutmann.
El equipamiento se completa con dos columnas portaprovisiones fuera de la cocina, al otro lado de la puerta corredera, un recurso que permite aportar capacidad extra sin traicionar el interiorismo de la vivienda.
Hay días y momentos en los que gusta tenerla abierta, por la conexión de los espacios y porque todo resulta más amplio, pero hay otras veces en las que sí preferiría poder cerrar y aislar temporalmente la cocina del salón y del comedor, una corredera de esas características puede ser una solución perfecta, ¿no os parece?