"La cantidad de sal yodada que cabe en una cucharadita de café, al día, (unos 3 gramos) es suficiente para prevenir la deficiencia de yodo", asegura el doctor Lluís Vila Ballester coordinador del Grupo de Trabajo de Trastornos de la Deficiencia de Yodo - Disfunción Tiroidea (grupo TDY-DT) de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). "El tiroides es una glándula situada en la parte delantera del cuello, cuyo cometido es fabricar unas hormonas imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestro organismo (tiroxina y triyodotironina). Para que la tiroides pueda funcionar, necesita yodo", explica el experto.
Históricamente, España ha tenido un bajo consumo de yodo, lo que ha provocado un aumento del tamaño de la glándula tiroides en una importante proporción de la población afectada por esta deficiencia en nuestro país. En algunas zonas el bocio (aumento del tamaña de la glándula tiroides) podía llegar a afectar entre el 30 y 60% de la población . La deficiencia de yodo lleva asociadas otro tipo de alteraciones, relacionadas con el correcto crecimiento de los niños y con alteraciones que afectan al desarrollo intelectual. En este sentido, el experto asegura que "algunos estudios realizados en nuestro país han descrito una disminución del coeficiente de inteligencia en población escolar que se ha asociado a este tipo de deficiencia".
Los estudios efectuados en población escolar, en distintas zonas de España durante la última década, han demostrado una gran mejoría del consumo de este elemento. Sin embargo, son estudios muy localizados que impiden que exista, hasta la actualidad, ninguna información unificada de la población infantil del conjunto de las comunidades autónomas. Por este motivo, se planteó desde el grupo de trabajo de TDY-DT de la SEEN realizar un estudio que aporte información al respecto. Este proyecto, denominado Estudio Tirokid, contará con más de 3.000 escolares repartidos por toda la geografía española.
El último documento de la OMS de 2007 cataloga a España como un país con una óptima nutrición de yodo y la mayoría de estudios de los últimos años realizados entre la población infantil muestran una sustancial mejora respecto a estudios previos, asegura el doctor Vila. Es decir, que, según la OMS, "estaríamos al mismo nivel de países nórdicos, Alemania, Polonia y algunos países del Este de Europa". Sin embargo, dentro de las fronteras españolas, estos datos varían por comunidades y el Estudio Tirokid pretende constatar el nivel de estas diferencias, al tiempo que hacer patente las necesidades de cada zona.
-Estudio TIROKID, atlas de la prevalencia de la deficiencia de yodo y de disfunción tiroidea infantil en España
En concreto, el objetivo principal del Estudio, que se esta llevando a cabo gracias a la colaboración de Merck Serono, persigue conocer si la nutrición de yodo de la población escolar es la adecuada. Gracias a este objetivo se conocerá también el consumo de alimentos ricos en yodo que los niños realizan y la prevalencia de disfunción tiroidea en la población infantil española con una edad comprendida entre los 6 y 7 años. Además, se pondrán establecer comparativas de los niveles de yodo y la prevalencia de su déficit entre distintas zonas geográficas de España.
"El estudio está en fase bastante avanzada, aunque todavía queda pendiente la autorización por parte de algunas autonomías para que el estudio pueda realizarse en sus respectivas comunidades. Sería conveniente que aquellas autonomías que aún no se han sumado a él lo hiciesen, ya que se trata un proyecto que pretende dilucidar el grado de un problema de salud pública, que indudablemente, les atañe", asegura el doctor Vila.
-Soluciones al alcance de la mano
"Cuando se dispongan de todos los datos se podrá afirmar cómo está la nutrición de yodo de la población escolar española en su conjunto y en todo caso en qué zonas es preciso realizar más campañas de salud pública que promuevan el consumo de alimentos ricos en yodo. También se conocerá la prevalencia de la disfunción tiroidea en una población de la que, hasta la actualidad, no hay datos al respecto", explica el doctor Vila.
La cantidad de yodo que debe ser ingerida para mantener unos niveles óptimos varía según la edad, género y estado fisiológico. Para la población, en general, incluyendo a los niños en edad escolar, se aconseja que al día consuman unos 150 mcg de yodo al día. "Una cantidad que puede obtenerse fácilmente consumiendo sal yodada, De ningún modo se trata de aumentar el consumo de sal, sencillamente cambiar la sal común o marina por la sal yodada", asegura el doctor Vila.
-Consumo de yodo recomendado en las diferentes etapas de la vida
Niños prematuros: >30 µg/kg
Niños
12 años y adultos: 150 µg
Embarazo y lactancia: 200-300 µg
"Algunas comunidades autónomas, como Asturias, Galicia, Andalucía y Castilla León, han normativizado que la sal yodada sea la que se utilice en los comedores escolares", asegura el doctor, quien recomienda además el pescado de mar, ya que en el mar es donde se concentra la mayor cantidad de yodo, o el consumo de leche, alimento del que hoy sabemos que es rico en yodo, como formas naturales de incrementar los niveles de yodo en el organismo. "En el caso de las mujeres embarazadas, las necesidades de yodo aumentan significativamente, siendo preciso que consuman no menos de 250 mcg al día", asegura el experto. "Si la sal yodada estuviera presente en la cadena alimentaria a todos los niveles, la ingesta de yodo con la alimentación de cada día, sería, muy probablemente, suficiente. Mientras, se recomienda la suplementación con yoduro potásico durante el embarazo y la lactancia, y que la sal que se consuma en las familias sea sal yodada", concluye.
"Cabe destacar- añade el doctor Vila- que todas estas precauciones podrían obviarse si la yodación de la sal fuera universal, tal como aconseja la OMS y que el Grupo de Estudio de los Trastornos causados por la Deficiencia de Yodo (Grupo TDY) de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición apoya".