Según leo en la noticia, el 86% de los médicos de familia apuestan por el copago, pero creo que siempre olvidamos que el sistema a utilizar para formalizar dicho copago, seria a mi juicio, ineficiente tanto económica como sanitaria y socialmente. Pero otra de las conclusiones del estudio es que una de cada cuatro consultas es innecesaria.
No negaré que 6-7 minutos de consulta no dan para atender, ni siquiera escuchar, al paciente, no negaré que faltan recursos, no negaré que existe burocracia inútil, ni negaré que campañas como la de “consulte a su farmacéutico” no han tenido el efecto esperado, pero tampoco me negarán que si preguntamos a 1500 médicos de familia (denominación oficial de los médicos de cabecera) el resultado, estará obviamente sesgado, y deberá compararse con las opiniones de los pacientes sobre la necesidad o no de esas consultas.
Encuentro apreciaciones, en distintas publicaciones periodísticas de la noticia, como que algunas causas, como la fiebre discreta y el dolor de cabeza, o dolencias leves o crónicas, no deben ser motivo para acudir al médico y yo me pregunto, si no se acude a su médico por estas causas, ¿a quien se debe acudir?
Y nuevamente discrepo, el paciente debe consultar al médico, al profesional sanitario, por problemas de salud, otra cosa distinta es que existan remedios para todo o que todo pueda necesitar una receta o que no hayamos logrado educar a nuestros usuarios porque habitualmente la publicidad está en contra. Con todo respeto, prefiero ser yo quien le explique al paciente lo que debe o no debe hacer ante un problema de ese tipo, permítanme que quiera ser yo, y no “una vecina” quien asesore al paciente, permitanmé decir que quiero ser yo y no el farmacéutico quien decida que tomar y cuando, para una dolencia y permitanmé la licencia de creer, todavía, que con el número de minutos adecuado en la consulta, probablemente el paciente quiera consultarme a mi antes de tomar una decisión determinada.
Yo animo a mis pacientes a contactar conmigo a través del teléfono, del correo electrónico e incluso, sin estar muy seguro, a través de las redes sociales, sobre problemas o dudas que tengan referentes a su salud.
Soy así de anticuado.