Una de cada cuatro personas sufre trastornos de la conducta asociados con las adicciones sin sustancia, según la OMS‏

Por Fat

Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada cuatro personas sufre trastornos de la conducta relacionados con las adicciones sin sustancia. Lo que suele comenzar como una conducta ocasional aumenta de frecuencia hasta convertirse en patológica. Psiquiatras y médicos de atención primaria confirman el incremento de casos en consulta, por ello la formación de los médicos es clave para el diagnóstico y tratamiento.
Las adicciones sin sustancia –también conocidas como psicológicas o comportamentales- y las químicas (drogodependencias) presentan similar perfil clínico y enfoque terapéutico. Según el Dr. José Ángel Arbesú, coordinador de Salud Mental de SEMERGEN, "los pacientes que padecen una adicción sin sustancia tienen semejanzas con los adictos a sustancias ya que en ambas existe tolerancia, dependencia y síndrome de abstinencia con patrones conductuales perniciosos o desadaptativos consolidados y repetitivos". Las adicciones sin sustancia sustituyen una sustancia determinada –alcohol u otras drogas- por procesos como Internet, juego, uso del móvil, etc.
Sin embargo, estas nuevas adicciones pasan más inadvertidas y son más aceptadas socialmente. En opinión del Dr. Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, "pasan más inadvertidas porque no se consiguen en un mundo marginal como las drogas, sino que son procesos de uso habitual e incluso necesario en muchos niveles laborales. Además, son más aceptadas socialmente porque, en el caso de las nuevas tecnologías, es una cuestión solo de tiempo dedicado: la mayor parte de la gente usa Internet o móviles, el adicto solo lo usa mucho más tiempo".
Además, aún no están reconocidas en las clasificaciones internacionales -a excepción del juego patológico-, ni lo estarán en la nueva versión DSM-V que presumiblemente verá la luz en mayo de 2013, debido en parte a su juventud y al hecho de que rompen con el concepto clásico de adicción, vinculado a sustancias específicas como el alcohol y otras drogas.
Entre los rasgos específicos de la personalidad que condicionan al futuro adicto sin sustancia se encuentran la impulsividad disfuncional, baja autoestima -con frecuencia asociada a carácter neurótico, con inseguridad, hipersensibilidad, timidez y tendencia a fobias sociales- e introversión, asociada a síntomas ansiosos.
La comorbilidad con las enfermedades mentales es frecuente y pueden ser previas o consecuencia de la adicción. Según el doctor García Campayo, "la más frecuente es la depresión y el trastorno de personalidad. También pueden aparecer el trastorno bipolar o la esquizofrenia, pero con menor frecuencia".
-La importancia del diagnóstico y del tratamiento personalizado
Generalmente transcurren varios años desde que aparecen los primeros síntomas hasta que se realiza el diagnóstico porque el paciente no suele tener conciencia de enfermedad y los familiares pueden tardar en darse cuenta de la situación. "El tiempo es variable y dependerá de la personalidad del paciente, de las repercusiones de la adicción en el medio laboral, social o familiar y del apoyo externo del que disponga", apunta el Dr. José Ángel Arbesú.
El tratamiento se debe personalizar en función del entorno y del tipo de adicción, siendo de vital importancia la entrevista clínica y el acuerdo terapéutico. Al comienzo del tratamiento, el paciente puede negar su problema o no reconocer la gravedad del mismo.
El tratamiento adecuado pasa por una serie de premisas, tal y como expone el Dr. García Campayo:
1.- Reconocer la existencia del problema.
2.- Tratar las enfermedades asociadas si existen (sobre todo depresión).
3.- Reducir progresivamente el tiempo dedicado a administrarse el proceso.
4.- Apoyo psicológico y/o grupos de autoayuda para entender y modificar las causas que han llevado a la adicción (rasgos de personalidad, sucesos vitales, presión del entorno).
5.- Pueden ser necesarias ayudas farmacológicas para facilitar el control de la adicción.
Como explica el Dr. Arbesú, el tratamiento de la mayoría de los casos de las adicciones sin sustancia en Atención Primaria se basa en la psicoterapia y, dentro de las técnicas conocidas, la psicoterapia cognitivo-conductual es la más empleada. En los pacientes que presentan ansiedad, depresión o un difícil control de impulsos se pueden emplear antidepresivos -sobre todo serotoninérgicos- ansiolíticos o antiepilépticos tipo topiramato para el mejor abordaje de la adicción. "El tratamiento de prácticamente todas las adicciones debe ser compartido por psiquiatras, psicólogos y médicos de familia, con el fin de facilitar una atención integral del paciente", concluye.
La motivación para el tratamiento cuando hay conciencia de enfermedad es mayor en las adicciones psicológicas que en las inducidas por sustancias químicas.
Las recaídas son frecuentes en este tipo de adicciones. La mayoría tienen lugar durante los tres primeros meses tras la finalización del tratamiento, siendo improbables a los dos años sin conducta adictiva.
-Del juego patológico a la adicción a Internet
La ludopatía es la adicción sin sustancia más extendida y una de las que conlleva consecuencias más graves para el individuo y la familia. "En España, aproximadamente entre un 2-3% de la población padece ludopatía, en todas las clases sociales e independientemente del nivel de estudios e ingresos", confirma el Dr. Arbesú Prieto.
De hecho, se trata de la adicción sin sustancia más vista tanto en las consultas de atención primaria como en las de psiquiatría. "La consulta por adicciones relacionadas con las nuevas tecnologías es mucho menos frecuente. Quienes acuden suelen ser adolescentes o jóvenes traídos por sus familias debido a las muchas horas que permanecen encerrados en su habitación con Internet", afirma el psiquiatra García Campayo.
El juego patológico puede asociarse a otros trastornos psiquiátricos y a alteraciones familiares, sociales y laborales. Los trastornos afectivos, sobre todo la depresión mayor, se asocian frecuentemente al juego patológico, con una cierta frecuencia de ideación y conducta suicida, sobre en todo en casos de ruina. Los niveles de ansiedad suelen ser más elevados en los jugadores patológicos que en la población normal. La sintomatología psicosomática como cefaleas, insomnio, vértigo, dolores abdominales, dolor de espalda, etc. es también más frecuente en los jugadores que en la población general. Otra característica de estos pacientes son las poliadicciones.
Según el doctor Arbesú, "algunas conductas son más prevalentes en mujeres como las compras compulsivas (80%) y otras más en varones en edades medias de la vida, como la ludopatía (proporción varones/mujeres de 3/1) o la adicción al trabajo. La adicción a Internet, ya sea a la red en sí misma o a su contenido, se da en personas más jóvenes que disponen de mucho tiempo libre".
En un reciente estudio realizado por la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad del País Vasco, se pone de manifiesto que el 16% de los españoles son adictos a las compras. El curso de este trastorno suele ser crónico en el 60% de los casos. Se puede asociar con otros trastornos del control de los impulsos (cleptomanía, ludopatía…), trastornos del estado de ánimo, trastornos de la conducta alimentaria (como el trastorno por atracón y la bulimia nerviosa), y trastornos obsesivo-compulsivos.
Por su parte, la adicción al trabajo, que afectaba principalmente a los hombres, en los últimos años se ha extendido también entre las mujeres y se calcula que más del 20% de la población trabajadora mundial presenta esta adicción. En España, se estima que sufre adicción al trabajo el 10% de la población. Según la Organización Internacional del Trabajo, el 8% de la población activa española dedica más de 12 horas al día a su profesión para huir de sus problemas personales y muchos acaban sufriendo enfermedades cardiovasculares.
Por último, la adicción a Internet –a la red o a su contenido- se ve facilitada por factores tales como el anonimato, la falta de toxicidad y efectos secundarios, junto al bajo precio de la conexión. La adicción se instaura cuando altera aspectos importantes en la vida, como los lazos familiares, el trabajo o la situación económica, pasando a ser centro de interés permanente, quedando entonces la "vida real" relegada a un segundo plano. El objetivo del tratamiento sería adaptarse a un uso adecuado de Internet y no la abstinencia completa.
Y, ¿cuáles son las perspectivas de futuro para estas nuevas adicciones? Según la opinión del Dr. García Campayo "se espera que este tipo de adicciones sigan aumentando exponencialmente, se mejore su detección, en parte, por una mayor conciencia del problema por la sociedad y se creen unidades especializadas para su tratamiento".
-LUNDBECK, APUESTA POR LA FORMACIÓN DE LA ATENCIÓN PRIMARIA
Lundbeck y la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) – a través de su grupo del trabajo de salud mental- ponen en marcha el VI Programa de Atención Continuada en "Trastornos del Ánimo en Atención Primaria’, una actividad acreditada por la Comisión de Formación Continuada del Sistema Nacional de Salud y declarada de interés científico por la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP).
**En la imagen, de izquierda a derecha, el doctor José Ángel Arbesú, coordinador de Salud Mental de SEMERGEN, Susana Gómez-Lus, medical manager de Lundbeck, y el doctor Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet, de Zaragoza