Un debate típico, habitualmete en el ámbito familiar, es el centrado en la seguridad que ofrecen las personas mayores al volante. ¿Siguen estando capacitadas para conducir? ¿Son un peligro en la carretera? ¿Cuántos accidentes desencadenan sus despistes? Aunque en esto, como en todo, nada es del todo blanco ni negro, sí que existen algunas evidencias. Una investigación de la Universidad de Rochester, publicada esta semana en la reconocida revista 'Journal of Neurosciencie' concluye que con la edad se produce una disfunción en el área temporal media del cerebro que altera la percepción de los objetos en movimiento. Esta disfunción de la realidad es del calibre de las que experimentan los pacientes con depresión y esquizofrenia.
Los mayores figuran como los automovilistas que menos accidentes tienen. Un reciente informe de la Fundación Mapfre los califica de prudentes y responsables, conocedores de las normas de circulación y como personas conscientes de que sus capacidades se han mermado con la edad. Ni ven ni tienen los mismos reflejos que antes.
Poseen, por tanto, todas las características para convertirse en el sector diana de las aseguradoras. Más seguridad, menos accidentes, más beneficios. Pero, por contra, este colectivo, el de los mayores de 65 años, es el que porcentualmente tiene mayor número de accidentes por kilómetro recorrido.
-Investigación
La explicación a este fenómeno podría estar en la investigación realizada por el Departamento de Ciencias Cognitivas y del Cerebro dek Centro para las Ciencias Visuales de Rochester, que 'Diario Médico' recogía en su edición de ayer. Ciclistas, peatones y coches comienzan a verse de forma diferente cuando se comienza a envejecer. Las personas del fondo se ven entonces mejor que las situadas en primer plano; y esto es así, según se sabe ahora, no porque se pierda capacidad para centrarse en los objetos de delante, sino porque con la edad se gana habilidad para fijarse en los detalles de atrás.
**Publicado en "Vocento"