Una encuesta internacional ha revelado que la dificultad al caminar y mantener el equilibrio es el aspecto más problemático para la mayoría de pacientes con esclerosis múltiple pero, pese a ello, hasta un 40 por ciento admite no comentarlo nunca o "pocas veces" con su médico, según los resultados presentados en el marco del V Congreso de los Comités Europeo y Americano para el Tratamiento y la Investigación de la Esclerosis Múltiple (ECTRIMS y ACTRIMS respectivamente en sus siglas en inglés), celebrado en Amsterdam (Holanda). El estudio ha sido elaborado por la Asociación Nacional de Esclerosis Múltiple (NMSS, por sus siglas en inglés) y Acorda Therapeutics, y en él participaron más de 1.200 personas que conviven con esta enfermedad.
Alrededor de dos tercios de estos pacientes (el 65%) informaron sobre dificultad o incapacidad para caminar, o problemas para mantener el equilibrio al menos dos veces a la semana. Además, la mayoría de estos pacientes aseguraron experimentar problemas para caminar en los primeros años desde el diagnóstico de la enfermedad. Entre los pacientes diagnosticados con esclerosis múltiple en los últimos cinco años, el 58 por ciento ha experimentado problemas de movilidad al menos dos veces a la semana.
Según los resultados del estudio, los jóvenes con esta patología son menos propensos a iniciar una conversación con un profesional sanitario sobre la dificultad para caminar.
De media, los pacientes de 41 años o menos que comentan la dificultad para caminar con su médico, inician la conversación sólo en el 46 por ciento de los casos.
"Estos importantes resultados indican que muchos pacientes dudan a la hora de hablar sobre su dificultad para caminar, y que los pacientes jóvenes son todavía menos propensos a comentar activamente este problema con su médico", explica Nicholas LaRocca, vicepresidente de suministro sanitario e investigación política de NMSS. Por ello, anima a todos los pacientes a hablar de esta problemática con su médico, incluidos los pacientes recién diagnosticados que puedan estar experimentando sólo problemas leves en su capacidad para andar o en el equilibrio.
El estudio también revela que la dificultad para caminar también afecta al bienestar económico y social. Entre todos los pacientes encuestados, seis de cada diez (61%) aseguran que ha interferido en su capacidad para trabajar, y como consecuencia, se ha producido una disminución de sus ingresos. Además, muchas personas que presentan dificultad para caminar y trabajan en la actualidad, indican que han tenido que realizar cambios en su estilo de vida, como cambiar de profesión (21%) o dejar de trabajar durante un tiempo (21%) debido a su dificultad para caminar.