©Portada de Alejandro Bernal Esto es la crónica de la diálisis y el trasplante de un enfermo de Insuficiencia renal crónica.Quiero presentar a una persona, Ramón L. Morales, que escribió un libro autobiográfico para compartir sus experiencias con otras personas que estén en su situación o que les interese leer y conocer. Ramón, nos relatará, semana a semana y capítulo a capítulo, su historia, su relato de vida, nos contará sus miedos, sus esperanzas y mucho más en "Una esperanza de vida". Espero que os guste a todos Hola. Hace tiempo escribí un libro con la idea de que podría ayudarme a aliviar mis temores, aun arraigados, y con la esperanza de que, al compartirlo con otras personas, pudieran beneficiarse un poco con mi experiencia. Insuficiencia renal crónica, Historia de mi diálisis, salió a la luz en agosto de 2007. En él habló de cómo me detectaron la IRC, como reaccioné ante el hallazgo y mis primeras impresiones. También describo la manera en cómo me enfrasqué a buscar una cura milagrosa... cura que no existe hasta donde profundicé. Y lo más importante; cómo acepté mi enfermedad, la manera en que dije sí al protocolo de trasplante y cómo reaccioné a la operación para colocar la diálisis. Por diversas razones, cuando escribí el libro sólo hubo la oportunidad de publicar hasta aquí. Mucha gente me ha preguntado por la "segunda parte", por saber qué sucede después de la diálisis y cómo fue el trasplante. Tardé un poco, pero ya está listo. Hoy estoy en el proceso de publicar virtualmente ese trabajo, espero hacerlo de capítulo en capítulo. Ha cambiado de nombre y portada -la cual está hecha por el artista gráfico y amigo Alejandro Bernal-, lleva el nombre de Una esperanza de vida, y la pueden leer en las notas de esta página. Espero que pueda ayudar en algo a quien lo lea. Un abrazo y buena salud para todos. Gracias. ¡Y qué viva la vida..! aunque duela vivirla. Agradecimientos A todos aquellos que sin saberlo me han brindado su ayuda, a quien se permitió una oración por mí, a los que considero mis amigos y me han ayudado incluso en silencio, a quienes velaron en mis noches más oscuras y han llorado junto a mí y por mí, al compañero que se acordó de mi amistad y olvidó mis errores, a mis hermanos por su compañía, a mis primos por brindarme su amistad sin ponerle condiciones, a mi esposa quien me tendió su mano cuando se lo pedí, a mis padres por mi vida y mi volver a nacer, a mi hijo por ser quien es... Sería muy agradable nombrar a todos, pero son tantos que sería imperdonable olvidar a alguien, así que a cada uno de ellos… Gracias. Prólogo Cuando los doctores me dijeron que estaba enfermo de IRC, simplemente no pude creerlo. Me negué una y mil veces a aceptar mi padecimiento y, peor aún, la cura. Lamentablemente al momento de darme tan fuerte noticia, el doctor estaba sólo. ¿A qué me refiero con esto? A que si hubiera estado un sicólogo o algún profesional junto a nosotros para que me ayudara –tanto a mí como a todas las personas que recibimos noticias de este tipo- a comprender la enfermedad, a aceptarla y acceder al trasplante, creo que mucho de lo que pasamos jamás hubiera ocurrido. Todos los doctores a los que les he cuestionado acerca de cómo reacciona un paciente ante la enfermedad, contestan lo mismo: la mayoría deja el protocolo de trasplante buscando una cura que aun no existe. Los de blanco ya están acostumbrados a esto. ¿Por qué escribir este libro? Porque cuando acudí a mis citas al CMNO (Centro Médico Nacional de Occidente), una vez que ya me encontraba con la diálisis, pude ver en una pizarra a la entrada del hospital decenas de cartas de enfermos, ya sea trasplantados o dializados, donde exponían a todos su historia, su relato de vida; sus ganas, su coraje por seguir viviendo. Aquí supe que no era el único con esta enfermedad, que existían cientos de enfermos de IRC y que muchos de ellos no se rendirían nunca, pasara lo que pasara. Cada visita hecha a ese lugar, era obligatorio para mí detenerme en la mencionada pizarra para leer y releer esas hojas, para saber que, al igual que ellos, yo no podía darme por vencido. Todo esto me sirvió para recargar energías, para entender que existía un camino para poder mejorar mi salud. Este no es un libro médico, mucho menos un manual para enfermos de IRC; cada persona es diferente, y su vida impar. No trato de ser condescendiente. Sólo quiero compartir lo que me pasó esperando que alguna persona pueda beneficiarse con su lectura, al igual que yo lo hice con las experiencias de aquella pizarra llena de hojas multicolor, relatos de coraje, fotos de seres humanos con un valor excepcional, pero sobre todo, llenas de esperanza. Gracias https://www.facebook.com/pages/Una-esperanza-de-vida/140564576022832 Próximamente el primer capitulo Ana Hidalgo |