El tema en la actualidad es complejo principalmente debido a la situación por la que atraviesan nuestros jóvenes, en la actualidad, viven encerrados en una indefensión ante su futuro, y ustedes dirán a que me refiero cuando planteo que los jóvenes viven en un estado de indefensión, pues a que hagan lo que hagan con su futuro su situación personal, familiar y social sigue siendo incierta. Estudien o no, nadie les garantiza poder abandonar la casa de sus padres y poder cubrir sus gastos, trabajen o no, no pueden acceder a una vivienda en alquiler.
Recuerdo como a nuestra generación nos plantearon que el estudiar nos haría autónomos y con sueños, solo nos quedan los sueños, cuando pienso en las veces que mi padre me decía día tras día que estudiase para que tuviera un futuro mejor que su pasado. Y a que hemos llegado, pues a convertirnos en JASP en una época, Jovenes, sobradamente preparados, y bueno que si estabamos sobradamente preparados, una carrera, varios masters, etc... y así la gran mayoría se convirtió en mileuristas, con un empleo instable y así el sueño de nuestros padres se convirtió en un futuro incierto.
Sin embargo, los jóvenes de ahora ha vivido en el explendor del capitalismo, muchos estudiaron y otros se plantearon que estudiar para qué, si tengo un trabajo en la construcción o la hostelería que me genera más ingresos que al JASP, y entonces con esas armas les golpeó la crisis y claro, ahora, no hay salida, y el problema que año tras año se convierten en jóvenes sin sueños y lo más difícil, sin la posibilidad de alcanzarlos.
Me viene a la mente ahora el esquema clásico de la motivación, es decir, las personas para alcanzar motivación deben de tener objetivos claros y metas alcanzables, pero hoy ¿qué metas son las alcanzables?, una pequeña meta como es la independencia personal se ha convertido en un lujo al alcance de unos pocos afortunados. Y mientras pensaba en todo esto, recibo la reflexión de una colega, Sara Arribas (próximamente colaborará en este blogs), que nos planteaba la siguiente reflexión personal: ¿qué futuro nos espera? Estamos en crisis... (podreis leerla en nuestra página de facebook psicología día a día) y claro te planteas, ¿es lícito hablar hoy de felicidad?
Como dice aquella estrofa de la canción de Golpes Bajos, "son malos tiempos para la lírica", pero mi optimismo me niega a pensar en esa imposibilidad, aunque si es verdad que se están dando situación que afectan a nuestro nivel de bienestar psicológico, Seligman plantea en su obra "La auténtica felicidad" que las personas mejoran su nivel de felicidad si estás tienen cubiertas sus necesidades básicas y se pueden permitir algún capricho de vez en cuando, pero claro, eso de los caprichos hoy no se yo si es posible, y otras muchas personas ni tan siquiera pueden tener cubiertas sus necesidades básicas y de seguridad según planteaba Maslow en su pirámide de las necesidades.
Pero sigo creyendo que la felicidad es nuestro principal tesoro y ademas afirmo siguiendo a Seligman (2007) que el dinero en abundancia no da la felicidad más allá de los tres primeros meses de haberlo conseguido, más bien es una explosión de felicidad que nos inhunda al principio y que posteriormente no vuelve, tras una caida importante a nuestro anterior estado. Por lo tanto deberíamos plantearnos la siguiente pregunta: ¿que hacer?
Y entonces viene a mi mente un pequeño país en el Tibet llamado Bhutan de unos 750.000 habitantes en su mayoría dedicados a la agricultura y la ganadería y que hasta los años 60 vivían en un estado feudal.
Como aspecto relevante comentaros que Thimbu, su capital carece hoy día de semaforos, ya os podeís imaginar. Pues hasta los años 60 o 70 era un país anclado en la edad media hasta que decidieron expandirse y abrirse al mundo exterior, para ello hicieron alguna carretera , instalaron líneas telefónicas, es decir intentaron adecuar su vida al estilo de vida occidental. Pero la modernidad les ocasionó algunos problemas, entre ellos, la delincuencia y las adicciones.
Ante esta nueva situación su máximo mandatario el Honorable Primer Ministro acuño un concepto nuevo y muy novedoso el FIB (la felicidad interior bruta), frente al clásico indicador de bienestar el PIB (producto interior bruto), este nuevo índice sería el indicador más real del Bienestar de sus habitantes. Si nos paramos a pensar y reflexionamos sobre el tema, en Bhutan están midiendo como indicador de prosperidad del pais el bienestar psicológico de sus habitantes.
Evidentemente ustedes dirán, y ¿cómo hicieron esto?, pues intenta garantizar la productividad agricola y ganadera para todos sus habitantes fomentando como fuente de subsistencia la agricultura, pero no generan excedentes exportables, con lo cual garantizan las necesidades de supervivencia y seguridad de Maslow, junto a ello potencian las de seguiridad como son la atención sanitaria,etc. y además incluyen medidas como el tiempo que dedican a estar con su familia, amigos, etc, es decir, potencia las relaciones interpersonales, otro indicador óptimo de felicidad y respetan fundamentalmente su medio natural, su país.
Han conseguido que todo el pueblo luche por mejorar estos indicadores, fomentando la mejora personal como objetivo de vida, por lo tanto, lo que ha hecho que suban sus indices de felicidad y los objetivos de vida hayan cambiado.
Observando esto desde la distancia, podemos plantearnos como objetivos de vida, el disfrutar de los pequeños acontecimientos de nuestra vida, del día a día, el buscar actividades que nos permitan fluir y experimentar el disfrute personal, y dedicaremos mucho tiempo a potenciar nuestro crecimiento personal. Quizás deberíamos de tomar nota de todo esto, ahora que estamos descuidando los recursos mínimos que nos permiten crecer como personas y generar este bienestar psicológico, Sabemos que la mayoría de los recursos económicos están en pocas manos y cada vez en menos manos y que la riqueza a estas personas no les hará mejorar sus niveles de bienestar psicológico, no van a tener un mejor FIB, por lo tanto, deberíamos de dejar de mirarnos tanto el hombligo y observar nuevos modelos que garanticen realmente nuestro FIB, potenciando aquellos aspectos que nos hagan mejorar nuestro bienestar psicológico.
Jose J. Rivero
Psicólogo
Experto en Formación
Terapeuta familiar en COF2000
**imagen tomada de GenteNet.com