Una jubilación de miseria: la pensión no contributiva no alcanza ni la mitad del salario mínimo

Por Pedirayudas @Pedirayudas

En marzo de 2023, el Estado ha abonado 446.163 pensiones no contributivas. De las cuales, 269.203 son de jubilación y el resto, 176.960, de invalidez.

El gasto anual para sufragar estas prestaciones ha rondado los 3.000 millones en los últimos ejercicios: fue de 2.957,42 millones en 2022, frente a 2.600 millones en 2021 y 2.569,4 millones en 2020. En 2023, el Gobierno ha destinado 3.003 millones en los Presupuestos Generales del Estado.

Un importe que no permite ni sobrevivir

La prestación no contributiva es una de las prestaciones en las que el importe es realmente bajo. Con las que viven (más bien sobreviven) casi medio millón de personas en España. Y es que, en efecto, tanto las pagas no contributivas de jubilación como las de invalidez tienen una cuantía ínfima. A pesar de que ambas conservan la subida extraordinaria del 15% que venían disfrutando desde el verano de 2022. De hecho, tanto unas como otras no llegan ni siquiera a la mitad del salario mínimo interprofesional (SMI), situado en 1.080 euros mensuales en 2023.

Especialmente baja es la pensión de jubilación no contributiva, 486,44 euros de media al mes. Prácticamente la misma cantidad que se cobraba en febrero (484,38 euros), en enero (475,46 euros) y algo inferior a la nómina media de diciembre pasado (488,82 euros).

Los perceptores de este tipo de pensión suelen ser mujeres, españolas, casadas, y con un rango de edad entre los 70 y 79 años.

La pensión de invalidez es algo mas elevada

Por otro lado, Los beneficiarios de las pensiones no contributivas de invalidez perciben una nómina algo más elevada que quienes cobran por jubilación: 536,15 euros de media en marzo (en febrero, el importe medio de estas pagas era de 529,63 euros, y en enero fue de 527,16 euros).

La mayor cuantía de esta clase de prestaciones se debe, por una parte, a que en torno a 37.000 de sus beneficiarios perciben el complemento del 50% por necesidad de otra persona. También influye el hecho de que el montante a percibir en nómina por atrasos es mayor, al ser más compleja la gestión, y, por ende, el plazo de resolución.

En cuanto al perfil del pensionista no contributivo de invalidez, se trata de personas de nacionalidad española, que conviven en una unidad económica integrada por dos o tres miembros y que acreditan un grado de discapacidad del 65%-74%. Si se trata de hombres, suelen ser solteros, menores de 45 años. Y si el titular es una mujer, en la mayoría de los casos están casadas, tienen más de 45 años y presentan discapacidades de tipo psíquico, seguidas muy de cerca por las de tipología física, tal como explica el Imserso.

¿Realmente una persona con 484€ al mes puede satisfacer sus necesidades básicas?

Definitivamente no. Comer lo básico y alumbrar y calentar la vivienda en invierno se ha convertido en un lujo prohibitivo para cientos de miles de hogares de pensionistas. También en un incremento del gasto desorbitado para todos. Debido a que los alimentos son casi el 17% más caros que hace un año.

Tal y como denuncian los movimientos de pensionistas y asociaciones de personas mayores, la inflación disparada que sufre España desde hace año y medio hace que las pensiones más bajas. Fundamentalmente las no contributivas, padezcan una enorme pérdida de poder adquisitivo. Y es que el inaudito encarecimiento de los productos de primera necesidad les golpea en mayor medida. Puesto que esos productos básicos son los que más consumen las familias de rentas bajas.

Por parte del Gobierno la respuesta es que tras la reciente aprobación de la segunda fase de la reforma de las pensiones. Las no contributivas crecerán de modo extraordinario, desde 2024, hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal.

De acuerdo con las proyecciones efectuadas por el Ministerio de Seguridad Social, esto significa que estas pagas subirán el 22% en el conjunto de los próximos cuatro años. Con lo cual, habida cuenta de que ahora tienen un importe de 6.800 euros anuales, se verían incrementadas en al menos 1.500 euros en el periodo 2024-2027.

Con lo que a lo largo de los próximos cuatro años y contando con la subida propuesta, estas pensiones seguirán solo permitiendo sobrevivir.