Este ejercicio puedes hacerlo tanto a través de una meditación, o simplemente observando tu hogar con una visión diferente. Hacerlo primero a través de una meditación es más efectivo de cara al orden interior, pero después deberás igualmente hacerlo de forma física, para reorganizar y adaptar todo aquello que desees y te aporte un entorno confortable y a tu gusto.
Tras la relajación previa, céntrate en tu respiración, sigue un círculo imaginario entre tu nariz y pulmones hasta que tu mente esté totalmente relajada.
Dirígete ahora a la cocina, al espacio donde preparas el alimento que te da fuerza y energía. Revisa el aspecto general, el impacto visual inicial, el orden establecido, ¿eres de los que guardan en armarios o de los que todo lo dejan a la vista? ¿Qué sensaciones te produce? Mira los alimentos que guardas y cómo, ya sea en los armarios como en la nevera. Observa desde esta nueva perspectiva en que la costumbre no anula la visión; reorganiza en tu mente en busca del orden, que después te aportará orden interno y paz; busca que sea práctico porque trabajarás mejor y más rápido.
Y ahora abre el armario y comprueba su interior: ¿Guardas mucha ropa vieja? ¿Qué sensación te produce abrir las puertas? ¿Encuentras fácil lo que deseas?…
Poner orden en tu entorno, te ayudará a ponerlo en tu interior… Ayúdate tomando conciencia de todos los cambios que deseas llevar a cabo y luego programa y haz los cambios sin más dilación. Notarás que algo en tu interior también se recoloca.
Y sólo queda, tras la limpieza desearte…