Una opinión personal, tan solo una opinión....

Por José Antonio Villegas García

Aunque no me gusta hablar del fútbol, ya que lo hacen todos los ciudadanos de este país nuestro y cada uno con pleno conocimiento de las ciencias del deporte (al menos eso piensan), voy a exponer un ejemplo de lo que es la desinformación y la manipulación informativa en torno a la práctica deportiva.
La prensa especializada lleva unas semanas planteando respuestas al mal juego del Real Madrid como equipo en estos dos últimos meses. Es extraño que un equipo plagado de estrellas haya perdido o empatado los últimos partidos de la liga española ante equipos, teóricamente, inferiores. ¿Qué le pasa al Real Madrid? 
Cuando un equipo entra en esa dinámica, se genera el primer error conceptual. La primera reacción es buscar un culpable individual, generalmente el entrenador y, en ocasiones, el mal juego de la estrella o las estrellas individuales. En este caso, la prensa comienza a fijarse en el entrenador, con frases como “primer toque a Ancelotti” o “Bastó un empate ante el Villarreal para recordar que Ancelotti era un entrenador blando”. Hoy mismo, la prensa se plantea intrigas internas en el vestuario para disminuir el “valor” del entrenador principal, poniendo en duda su liderazgo (se dice que fue Fernando Hierro el que habló a los vestuarios en el medio tiempo). 

Se trata de un error porque el fútbol es un deporte de equipo y, aunque la habilidad y genialidad de un solo jugador puede ser muy importante, los que no son expertos se olvidan de que esa genialidad hay que propiciarla con el juego del resto de los jugadores (un movimiento sin balón puede hacer que el jugador “genial” tenga la oportunidad de marcar gol o, por el contrario, defensas de enorme calidad, pueden verse inútiles ante el ataque ordenado e intenso del equipo contrario cuando los jugadores “desmotivados” no colaboran bajando a defender. Así es como hay que interpretar una crisis como la actual, como un problema del colectivo.
¿Qué hace que un colectivo de estrellas no funcione? ¿La mano blanda del entrenador? Esta es el segundo error de la “supuesta” prensa especializada. Con los reporteros haciendo guardia en el restaurante en el que miembros del equipo estaban hasta altas horas de la madrugada celebrando una cena (que ya es celebrar….), se deja ver la indisciplina y la falta de profesionalidad por parte de deportistas que deben saber muy bien (o se lo deben recordar) que la parte de entrenamiento no visible (descanso, dieta, relajación, masajes, relación con el resto de jugadores…) también es parte de la preparación física de un profesional. Pero… ¿Es la mano blanda del entrenador la que propicia que haya jugadores que entren en esa dinámica tan poco seria? 
Vamos a ver un ejemplo muy significativo que nos da un colectivo que a lo largo de la experiencia de muchos años y de la aplicación rigurosa de la ciencia, ha puesto en práctica lo que es trabajar en equipo desde el principio de nuestra evolución. Se trata de la milicia, es decir, de los combatientes. Yo hice milicias universitarias y me formé como oficial en la Academia militar de Toledo. Mi experiencia en este sentido es importante porque no es la de un joven atraído por la vocación y que, por tanto, ya participa de lo que ejemplifican las fuerzas armadas. En mi caso se trataba de un joven estudiante de medicina que utilizaba una salida que le permitía realizar el servicio militar al tiempo en que acababa la carrera evitando la pérdida de tiempo que suponía el servicio militar obligatorio una vez se finalizaban los estudios. Mi mentalidad y vocación, distaban mucho de la disciplina y del concepto de ejecutar una orden sin aplicarle un pensamiento propio. En el ejército se obedece una orden, no se piensa en aplicar el criterio propio para resolver un problema. Los soldados no discuten sobre la forma de acometer un avance sobre el enemigo aplicando cada uno su criterio y su experiencia. Se obedece la orden de un superior y punto. Nadie se cuestiona eso, es algo que se da por sentado. De esta forma, el ejército es un “cuerpo” y funciona como una máquina. Si hay desmoralización, todo se pierde, aunque se posea el mejor armamento o los mejores soldados individuales. Si, por el contrario, hay un motivo, una idea clara por la que luchar (un ideal, o la simple defensa de los valores o del territorio), el ejército peor armado puede vencer (recordemos la guerra de Vietnam).
Un equipo de fútbol es, ante todo, un equipo y lo que hace un buen entrenador es rodearse de un cuerpo técnico riguroso y compacto, con un planteamiento conjunto y firme. ¿Cómo se puede interpretar que los jugadores del Real Madrid cuestionaran el cambio de fisioterapeuta hace unas semanas? Pues sencillamente, como la señal de alarma de que venían tiempos complicados para el juego del equipo.
Un cuerpo técnico con una idea clara y un mando firme es más plausible que genere la idea de equipo que necesitan los jugadores. Un criterio mantenido, constante, de ejemplo personal y de gratificaciones justas y proporcionales es el mejor sistema para conseguir la unidad del equipo. ¿Cómo puede rendir un jugador que se siente maltratado por la renovación de un contrato? ¿Cómo puede hacer un movimiento sin balón para darle una oportunidad de gol a un compañero quien se siente comparativamente agraviado con él? Pero sobre todo…. ¿Por qué la prensa especializada es tan manipuladora y entra al trapo de lo que genera discordia y divide en determinado club en un momento preciso?
Echa uno de menos la profesionalidad en muchos aspectos de la vida y al final todo pasa por lo mismo, un pueblo culto, con una buena educación, con el hábito de pensar, es poco manipulable y solo se deja guiar por líderes con capacidad, conocimiento y espíritu de sacrificio que es lo que debían tener, y no los bolsillos tan grandes.